martes, 30 de noviembre de 2010

"Waiting on eternity..."

¡Hola a todos! Aquí Hayley, la atareada adolescente aspirante a escritora. En fin, últimamente he estado bastante ocupada con mis estudios, además de estar escasa de inspiración para esta historia. Pero hay una nueva historia que está dando vueltas por mi cabeza en estos días y me gustaría compartirla con ustedes y saber su sincera e importante opinión.
Espero que les guste el prólogo de mi nuevo blog, "Waiting on eternity..." (http://www.waitingoneternity-saveme.blogspot.com/).
Ojalá lo disfruten y me hagan saber su opinión, que es muy importante para mí.
Lamento no escribir mucho en este blog, pero prometo que lo intentaré, ya que ahora no estoy tan ocupada con la escuela, si es que la inspiración vuelve alguna vez. Tengo muchas ideas para "Waiting on eternity...", así que espero que les guste.
Saludos,
Hayley.

domingo, 22 de agosto de 2010

Capítulo 30: "Juan Salvador Gaviota".


Narra Demi:
Lo seguí cautelosamente, preguntandome qué querría mostrarme esta vez...
Salimos de su habitación y nos dirigimos hacia el final del pasillo.
Para mi sorpresa, Joe se detuvo allí.
-
¿Vamos a entrar a esa habitación?-pregunté, refiriendome a la habitación al final del pasillo, que se encontraba en frente nuestro.
-No, esa es la habitación de mis padres-respondió-Lo que quiero mostrarte, está allí-agregó, señalando al techo.
Miré hacia arriba y vi una pequeña trampilla, de la cual colgaba una cuerda. Obviamente, lo que Joe quería mostrarme se encontraba en el ático.
Joe dio un salto y tomó la cuerda. Tiró de ella y unas escaleras se desplegaron ante nosotros.
Miré a mi amigo, quien también me observaba, como esperando a que yo hiciera o dijera algo.
-Las damas primero-dijo Joe en un tono caballeroso y burlón.
Reí y subí las escaleras, mientras Joe las sostenía.
Cuando sentí que ya no habían más escalones, di un salto para poder trepar al ático.
Me encontré con una habitación en penumbra.
El ruido de pasos detrás de mí me indicó que Joe se acercaba.
No pude verlo, pero supe que había encendido una luz, ya que de repente una tenue y débil luz había iluminado el lugar. No servía de mucho, ya que era sólo un pequeño foco de luz colgado de un cable en el techo.
Sin embargo, pude inspeccionar con un poco más de claridad el lugar. Era una habitación, para mi sorpresa, bastante amplia, pero muy sucia y polvorienta. Era como si nadie hubiera entrado y limpiado ese lugar desde hacía ya mucho tiempo.
Me di la vuelta al oír que ruidos. Joe estaba rebuscando algo entre unas viejas y desbaratadas cajas de mudanzas. Algunas tenían escritas en fibra negra cosas como
"Frágil" o cosas por el estilo. Pero la que a Joe parecía interesarle más era una que resaba "Libros".
-Ven-me dijo.
Me arrodillé a su lado.
Me miró a los ojos muy intensamente, lo que me hizo sentir un tanto incómoda y extraña a la vez.
Vació la caja. Esta contenía muchísimos libros llenos de polvo.
-Estos eran de mi madre. Antes solía leer muy seguido. Nos leía mucho a Nick y a mí. Bueno, y a Kevin cuando era más pequeño, claro. A ella le apasionaban los libros. Nick heredó esa pasión de ella. Pero, bueno, desde que ella enfermó...dejó de leer. Al igual que mis hermanos y yo. Estos libros quedaron totalmente olvidados, nadie sabe que aún existen. Los encontré ayer, mientras buscaba unas herramientas que papá necesitaba. Y bueno, pues...creí que quizás nos servirían para levantar un poco el autoestima en esta casa. Ya sabes...eran de mi madre y estoy seguro de que a ella le hubiera gustado que Kevin, Nick y yo los leyeramos cuando fuéramos más grandes, cuando ella no tuviera la oportunidad de leernoslos ella misma, ya sabes, cuando...se fuera...
Se hizo un silencio, en el que tomé la mano de Joe y la acaricié suavemente.
-En fin, creí que quizás, como siempre estás leyendo y pareces compartir esa misma pasión con mi madre, podrías ayudarnos a escojer algunos que nos pudieran interesar...y también convencer a Nick de que los lea. No será difícil convencer a Kev, ya que él lee muchos libros de la escuela, claro. Pero Nick...él era el que más leía, pero desde que mamá enfermó no volvió a tocar un solo libro que no fuera de estudio. Él era tan pequeño en ese entonces...fue a quien más le afectó lo de mamá. Ellos dos tenían un lazo muy fuerte. Nick no era como el resto de los niños, con ese brillo especial en los ojos en Navidad al abrir sus regalos o al comer pastel en su cumpleaños. No...él era diferente...mamá era la única que realmente lograba entenderlo. Papá, por más que lo intentó, jamás logró comprender a su hijo más pequeño. Pero mamá...mamá tenía ese maravilloso don de ver algo bueno y especial en todos...y lo vio en Nick. Ellos dos solían leer juntos horas y horas enteras. Y bueno, pues, cuando mamá enfermó Nick era sólo un niño. Nunca volvió a ser el mismo. Él solo sonreía cuando estaba con mamá. Cuando estaba con ella, se convertía en ese niño feliz y risueño. Y bien, pues...aún sigue afectándole, mucho más ahora...Nick tiene un problema y ahora que mamá no está para resolverlo, yo lo haré. Es mi hermano y no voy a dejar que siga así. Quiero que vuelva a ser el mismo de antes, el niño que era cuando estaba con ella...Por eso creí que volver a leer, en especial si eran loos libros que mamá leía, sería muy bueno para él...
Asentí.
-Claro, será un placer ayudar a Nick. Y también a tí, Joe. Leer me ayudó mucho luego de...perder a mi hermano-hize una pausa-Te ayuda a escapar a una realidad completamente distinta.
Tomé uno de los libros y le saqué con la mano el polvo.
Sonreí al ver su título "Juan Salvador Gaviota", escrito por Richard Bach.
Era uno de mis libros favoritos, escrito por un hombre al cual admiraba.
-
¿"Juan Salvador Gaviota"?-dijo Joe, soltando una risotada-Que nombre tan estúpido. Debe de ser uno de esos cuentos infantiles que...
Lo interrumpí. No iba a dejar que se burlara de uno de los mejores libros jamás escritos.
-No es un cuento para niños, Joe. Richard Bach trata temas muy profundos en este libro. Mi padre me lo recomendó cuando era muy pequeña. Recién pude entenderlo a los trece años. Así que dudo que sea infantil.
-
Ni siquiera conzco al autor-dijo Joe.
Por Dios, tanta ignorancia en un adolescente de casi 17 años.
Suspiré.
-En realidad, Richard Bach era un piloto se aviones. Él disfrutaba mucho volar, ver el mundo tan pequeño allí abajo, mientras él volava entre las nubes sin ninguna preocupación. Este hombre, relacionaba el vuelo con la libertad. Así era como él se sentía mientras volaba: libre. Quizo demostrarle a la gente lo que él sentía cuando volaba, así que creó este maravilloso libro, su primera obra maestra:
"Juan Salvador Gaviota".
Joe pareció un poco más interesado.
-¿Y de qué trata?-preguntó, curioso.
-Trata de Juan Gaviota, que, como su nombre lo dice, era una gaviota. Pero no una gaviota cualquiera, no. Todas las demás gaviotas de su bandada volaban para conseguir alimento, solo para eso. Pero Juan, además de volar para alimentarse, lo hacía porque le gustaba. Él quería perfeccionar su vuelo. Así que todos los día practicaba y practicaba, buscando la perfección. Bueno, por esa actitud tan extraña y diferente a la de ellas, las demás gaviotas lo ignoraban y juzgaban. En fin, no voy a contarte más. Lee la contratapa y quizás ahí lo explique con palabras más claras.
Joe tomó el libro y comenzó a leer la contratapa en voz alta:
-"Hay quien obedece a sus propias reglas porque se sabe en lo cierto
; quien cosecha un especial placer en hacer algo bien; quien adivina algo más que lo que sus ojos ven; quien prefiere Volar a comprar y comer; todos ellos harán duradera amistad con Juan Salvador Gaviota.
Habrá también quienes volarán con Juan Gaviota por lugares de encanto y aventura, y de luminosa libertad.
Pero para unos y otros será una experiencia que jamás olvidarán."
Joe se quedó en silencio.
-
¿Qué opinas de "Juan Salvador Gaviota" ahora?-pregunté, arqueando una ceja.
-Ehh...no está tan mal-respondió Joe.
-
¿Crees que a Nick le gustará?-pregunté.
-Ya veremos mañana...Si quieres puedes cenar con nosotros y podríamos empezar a leerlo todos juntos...ya sabes, Nick, Kevin, mi padre, tú y yo. Antes, cuando mamá estaba sana, nos juntabamos todas las noches luego de cenar en la sala de estar y leíamos todos juntos.
Sonreí.
-Aquí estaré.

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Lamento mucho la demora, pero he aquí el capítulo xD
Primero que nada, muchísimas gracias por los comentarios en la entrada anterior. De verdad me hicieron sentir muy bien. Gracias por volver a recibirme tan bien y con los brazos abiertos en blogger. De verdad, fue una muy cálida y agradable bienvenida.
Segundo, quería agregar que
"Juan Salvador Gaviota" es en la vida real uno de mis libros favoritos, y como ya he mencionado anteriormente, Richard Bach es mi gran inspiración. Mi intención al incluir este libro en la historia era que, además de que tiene un mensaje que tendrá que ver con la historia, inspirarlos a ustedes, mis queridos lectores, a que también lo lean. Que el libro sea viejo no significa que sea aburrido o malo. Anímense, de verdad es un excelente libro con una historia maravillosa. Espero que si lo leen, lo disfruten tanto como yo.
Y tercero...bueno, no se me ocurre nada xD
Mucha suerte,
Hayley.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Capítulo 29: "Soledad".



Narra Demi:
Fue un viernes no muy agradable, debo decir. Aunque suelo disfrutar de la soledad, ya que me da tiempo de pensar y reflexionar sin nadie desconcentrandome, este día fue la excepción.
Intenté evitar a Tiffany lo más posible, por lo que no pude estar ni un minuto con Sterling o Selena, ya que ellos pasaban la mayor parte de su tiempo junto a ella. Mis dos mejores amigos no parecían siquiera percatarse de que yo estaba ausente. En fin, eso es lo mismo que pasaba antes, cuando eramos niños. Estaban todo el día con Tiffany y no notaban que yo no estaba presente.
Bien, en cuando a Emma, pasó todo el día en la biblioteca (cuando tenía tiempo entre clases) con Kevin, haciendo su proyecto.
No vi mucho a Drake o Nick, y en cuanto a Joe...bueno, parecía muy a gusto con Chelsea...
Hoy a nadie parecía importarle mi ausencia. Es extraño que eso me moleste, ya que, como ya mencioné, disfruto de la soledad.
En cuanto la campana sonó, salí de la escuela rápidamente, sin siquiera voltearme para ver si Sterling venía tras de mí, como de costumbre.
Caminé hacia el hospital. Al llegar, cruzé la entrada con mis libros de texto en las manos.
Subí las escaleras a la carrera y caminé por el largo pasillo hasta llegar a la puerta de la habitción de mi padre. Mi mano estaba a escasos centímetros del picaporte, cuando una vocecita chillona y con un falso tono de amabilidad me dijo desde atrás:
-¿A dónde cree que va, señorita?
Me di la vuelta y me encontré frente a una chica de aspecto rechoncho, de unos veinte años, más baja que yo, de cabello rubio claramente mal teñido y unos ojos color miel desmezuradamente grandes.
-Ammm...-titubié, al ver su extraño aspecto-...a ver a mi padre-respondí cuando salí del estado de shock.
Su falsa sonrisa se ensanchó aún más, dejando ver sus dientes amarillentos.
-Me temo que eso no es posible, niña-dijo en un tono de voz dulce y empalagoso. Siempre detesté que me llamaran niña-En este momento está descansando, puede volver mañana, ¿de acuerdo?-me miró con esos ojos redondos y grandes como platos.
Asentí, un tanto perpleja. Me dí la vuelta y comenzé a bajar las escaleras.
Esa mujer era muy rara...parecía que se habí escapado de un manicomio...
Mientras pensaba en esto caminaba sin saber muy bien a dónde. Ya había salido del hospital.
Me sorprendí al encontrarme frente a la puerta de la casa de Joe. Ni siquiera me habí dado cuenta de que había caminado hasta allí. Era como si alguien me hubiera llevado hasta ese lugar mientras dormía en un profundo sueño...
Toqué la puerta y esperé, con las manos en los bolsillos de mi chaqueta.
Luego de unos escasos minutos, la puerta comenzó a abrirse. Pude ver a Nick asomándose, siempre con esa extraña e indescriptible expresión de paz y distracción en el rostro.
-Ah, hola Demi-me saludó distraidamente. Ni siquiera parecía como si hablara conmigo, sino consigo mismo-Pasa, Joe está en su habitación.
-Gracias-dije y entré.
Como Nick no parecía dispuesto a decir nada más, subí las escaleras. Toqué la puerta de la habitación de Joe.
Esperé...
-Pasa-dijo la voz de Joe desde adentro.
Dudé. El tono de voz que había empleado me había sonado un tanto raro...
Entré.
Joe estaba tendido sobre su cama, mirando al techo. Parecía distante, como si no estuviera realmente del todo allí.
-Hola Joe-saludé.
Apenas oyó mi voz, giró la cabeza rápidamente hacía mí, saliendo de su ensueño. Una sonrisa se dibujó en su rostro. Le devolví la sonrisa.
-Hola Dems-dijo en un tono alegre, muy diferente al que había usado anteriormente.
Sólo fui capaz de articular un patético y casi inaudible "Hola". Me sentía extraña, avergonzada...
-Siéntate-me invitó, señalando un espacio en su cama a su lado, mientras se incorporaba.
Me senté a su lado tímidamente.
Hubo un silencio incómodo no muy prolongado, por suerte, que Joe rompió:
-Hoy casi no te vi en la escuela.
-Ahh...bueno, pues, estuve ocupada...
Lanzó una risotada.
-¿Ocupada?-me lanzó una mirada divertida que me incomodó-¿Con qué?-se interesó.
"Evitando a una psicópata que probablemente quiera asesinarme por ser el único testigo del homicidio que cometió. ¿Y tu día que tal?", podría haber dicho. Sin embargo, contesté:
-Tarea.
Joe no pareció muy convencido con mi respuesta, pero asintió.
-Vale. Dems...
-¿Sí?
Joe dudó antes de hablar, como si estuviera eligiendo las palabras con sumo cuidado.
-Bueno...esa chica Tiffany...
Puse los ojos en blanco. Sabía lo que iba a decir.
-Sí, lo sé. Es guapa, y no tengo su número-lo interrumpí, cortante.
Mire hacia la pared. De repente una inmensa furia se había apoderado de mí. Joe era como todos los demás chicos. Siempre babeando por las chavas con minifaldas y buen cuerpo. Qué idiota.
Joe me miró, sorprendido, seguramente por el tono en el que le hablé.
-No iba a decir eso-dijo, con una sonrisa burlona.
Lo miré. No le creía ni medio.
-¿Ah, sí? ¿Entonces qué ibas a decir?
-Iba a preguntarte si ya se conocían. Porque eso parecía con Sterling y Selena.
Me sentí completamente avergonzada por haber reaccionado como había reaccionado.
-Emm...sí, sí ya nos conocíamos. Era una amiga de la infancia-solté una risita irónica al darme cuenta de que había dicho la palabra "amiga".
Como si hubiera leído mis pensamientos, Joe preguntó:
-¿Estás segura de que eran amigas?
Nunca le había contado a nadie quién era Tiffany en realidad y Joe no sería la excepción.
Asentí, un tanto nerviosa.
Otra vez Joe pareció comprender que mentía y no deseaba hablar del tema, así que volvió a asentir y repitió lo mismo que había dicho antes:
-Vale.
Otro silencio incómodo se apoderó del ambiente. Esta vez decidí ser yo quien lo rompiera:
-¿Quieres que empezemos a hacer la tarea de Historia?
Joe rió.
-¿Tarea en Viernes? Por favor, Dems.
Su tono despreocupado me hizo sonreir.
-¿Y entonces qué quieres hacer?-pregunté, aún sonriendo.
Para mi sorpresa, Joe tomó mi mano y me dijo las mismas palabras que me había dicho hacía seis años:
-Hay algo que quiero mostrarte.
No me resistí cuando jaló mi brazo suavemente para ayudar a levantarme.
Lo seguí cautelosamente, preguntandome qué querría mostrarme esta vez...

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Perdón, perdón, perdón, ¡PERDÓN! Lo siento muchísimo, mis queridos lectores, de verdad. Se me revovlió el estómago de angustia al leer sus comentarios y ver que estaban tan preocupados por mí y a la vez ansiosos de saber qué pasaría en el siguiente capítulo.
Pero aquí estoy: entera, viva y rogándoles que me perdonen. Hace SIGLOS que no escribo y ni siquiera fui un poco considerada para darles la explicación que se merecían.
He estado muy atareada con la escuela: exámenes, tarea, trabajos parácticos, ensayos, etc. ¡Este año no me dejan ni respirar!
Además pasé por un momento en que, por cuestiones personales, mi menté quedó totalmente en blanco y en lo único que podía pensar era en...bueno, en eso que me había sucedido. No lograba concentrarme en clases, ni pegar un ojo en las noches y muchísimo menos en escribir. Mi mente estaba total y completamente EN BLANCO.
Por suerte, ya superé (casi) ese problema que tuve y ¡estoy de vuelta! Me estoy poniendo las pilas en la escuela, lo cual es muy importante, y de repente todas las ideas que no había teido en ese lapso de tiempo en el que mi mente parecía estar en trance, vinieron ahora todas juntas de repente. Es como si mi vida se hubiera oscurecido de repente y, luego de estar tanto tiempo en la oscuridad, el sol volvió a asomarse. Es una nueva etapa de mi vida: más brillante, mejor que la anterior y en la que siento que debo cambiar. Crecer, madurar.
Además, empezé a leer con más frecuencia (ya saben que soy una traga-libros, pero en ese tiempo "de trance" leí mucho menos que antes. Pero parece que extrañé tanto mi pasión, que ahora leo muchísimo más de lo que nunca leí.
Excelentes autores como Richard Bach (mi gran inspiración), Nicholas Sparks (en mi opinión, uno de los mejores escritores actuales), entre muchísimos más, me inspiraron y alentaron, de alguna forma, para seguir con esta novela y esta gran pasión que es escribir.
Así que ya les digo: vengo con ideas renovadas y con la mente bien centrada en lo que quiero hacer. Sí, me prometí a mi misma cambiar, ser diferente, mejor, tener una mente más abierta, madurar. Y estoy convencida de que así va a ser. No voy a desviarme del camino.
Espero puedan perdonarme,
eternamente arrepentida y culpable,
Hayley.

martes, 20 de abril de 2010

Capítulo 28: "¿Inocencia?"


Narra Demi:


Por fin era Viernes. No se imaginan cómo esperé este día...


Sterling y yo nos dirigimos hacia la escuela. Yo tenía ese nudo en el estómago desde la noche anterior cuando pensaba que Tiffany estaría en la escuela.


-Iré a buscar a Tiffany, ¿vienes?-me preguntó Sterling buscandola con la mirada, emocionado.


-Emm...no, creo que iré a verla luego, tengo que...hacer una tarea que olvidé hacer...


Sterling no se inmutó, ni siquiera pareció importarle mi respuesta.


-Está bien-dijo, y se fue en busca de esa psicópata.


Caminé por el patio un tanto preocupada...¿qué se suponía que debía hacer?


Estaba tan ocupada pensando que no reparé en esa chica que se acercaba a mí.


Desperté de mi ensueño al oír mi nombre:


-¿Demi? ¿Eres tú?


Esa aguda voz angelical se me hacía muy conocida. Ese tono de voz dulce y melodioso...


Oh, oh...


Me di la vuelta y me encontré con una chica muy bonita, delgada, de ondulados cabellos dorados, sedosos y brillantes y ojos con pestañas largas y con esa inconfundible cara de ángel...


-¿Ti...ti...Tiffany?-tartamudeé.


Ella sonrió y dejó ver sus perfectos dientes tan blancos y brillantes, similares a perlas. Recordaba a la perfección esa sonrisa deslumbrante que hacía caer a cualquiera a sus pies.


Me estremecí al sentir sus brazos a mi alrededor. Me abrazaba...¡me estaba abrazando! El pánico me invadió. ¿Y si intentaba asfixiarme o algo parecido? ¿O quizás clavarme un cuchillo en la espalda?


-¡Te extrañé mucho!-dijo, emocionada, al soltarme.


Di un suspiro de alivio.


-Ehh...igual yo-mentí. Busqué un modo para que se fuera. ¡Ah, claro!-Amm...Sterling te está buscando...


-¡¿En serio?! ¡Genial!-dijo, dando saltitos de la emoción-Bueno, fue genial volver a verte. Nos vemos luego-se despidió con una sonrisa perfecta y se fue.


Me quedé ahí plantada. Era imposible que esa dulce y encantadora chica fuera una asesina psicópata. Quizás estaba poniendome paranoica...


Seguí caminando, hundida en mis pensamientos, hasta que lo y toda mi concentración se desvaneció, y mis pensamientos se mezclaron dejándome atontada...Joe...


Se acercó a mí con una sonrisa en el rostro.


-Hola Demi, te ves preocupada...¿es por lo exámenes de principio de curso?


Solté una risa irónica.


-Sí, me encantaría que los exámenes fueran mis mayores problemas en este momento...


Joe frunció el ceño, confundido.


Caminamos un rato por los jardines de la escuela, sin decir una sola palabra.


Unas carcajadas hicieron que me detuviera en seco.


Miré a nuestra izquierda, de donde provenían las risas.


Y, en efecto, a tan solo unos metros de nosotros, se encontraban Sterling, Tiffany y Selena riendo animadamente. Emma también estaba allí, pero lo que menos había en su rostro era simpatía. Fulminaba a Tiffany con la mirada, examinandola de pies a cabeza, con clara desaprobación.


Joe y yo nos acercamos.


Demi! ¡¿Recuerdas a esta chica?! ¡Es Tiffany, Tiffany!-estalló Selena emocionada, el verme.


Asentí.


Emma miró a Selena con el ceño fruncido y luego a Sterling.


-¿No vas a presentarme a este chico guapo?-preguntó Tiffany, mirando a Joe.


Sterling y yo la miramos al mismo tiempo.


-Emm...claro...él es Joe...-dije.


-Soy Tiffany-dijo la chica acercándose a Joe, luciendo sus largas pestañas al parpadear.


-Joe. Es un placer, Tiffany-dijo Joe cortezmente.


La chica de los cabellos dorados río falsamente, regalándole a Joe una de sus sonrisas angelicales.


Emma contemplaba la escena en silencio, con el ceño fruncido y su mirada reprobatoria, mientras que Selena estaba sonriente y emocionada. La expresión de Sterling era el reflejo de la mía, al ver a Tiffany tan cerca de Joe.


Creo que Emma es la única que de verdad se da cuenta de quién es en realidad la "dulce" e "inocente" Tiffany...

jueves, 15 de abril de 2010

Capítulo 27: "El secreto de Tiffany."


Narra Demi:


¡¿Tiffany?! ¡¿Tiffany?! Tenía que estar bromeando...


-¿Eh?-logré articular. Tenía que haber oído mal, por favor, díganme que había oído mal...


-¡Sí! Ella llamó y...¡y dijo que volvería a la escuela y a vivir aquí!-Sterling no podía contener la emoción.


-¡¿No es genial?!-me preguntó, emocionado.


-Amm...sí, claro...sensacional...-mentí.


Sterling sonrió.


Bien, antes que nada, déjenme explicarles quién es Tiffany.


Cuando eramos niños (luego de que Joe, Nick y Kevin se mudaran) una niña nueva entró en la escuela.


Nos hicimos muy amigas, estabamos todo el tiempo juntas, tan unidas...


En fin, ella también hizo amistad con Sterling, Selena y...Nolan...


Pero nadie imaginaría que la dulce niña de cabellos dorados con carita de ángel terminaría siendo todo lo contrario a lo que aparentaba...


Pasaron los años (yo tendría unos 14 años, al igual que ella) y ella pasaba cada vez más tiempo con Sterling y Selena y cada vez menos conmigo...


Nolan dejó de juntarse con ella, nunca quiso decirme por qué. Tiffany se comportaba muy exraño cuando Nolan estaba cerca. Yo creo que él sabía algo de ella que los demás no. Me prohibió segir viéndola. Sin embargo, yo seguí juntandome con ella, aunque no me hablara mucho.


Parecía que Sterling estaba enamorado de ella. Y Selena era como su hermana.


Hasta ahí todo más o menos bien, hasta que descubrí su secreto...


Un día caminaba por el barrio. Fui hacia la casa de Tiffany. Estaba a punto de tocar la puerta cuando oí ruidos...un grito de dolor proveniente de dentro de la casa me heló la sangre. Me asomé por la ventana.


La escena que jamás podré olvidarla:


Una mujer de cabellos dorados, al igual a los de Tiffany inconciente, tiesa sobre el suelo con una herida chorreando sangre en su pecho, justo en su corazón. A su lado, una niña con el cabello del mismo color dorado con sus ojos antes llenos de dulzura, ahora con una mirada psicópata y aterradora, con un casi imperceptible brillo rojo (seguro eso fue mi imaginación). Me lanzó una extraña mirada. Esa ya no era Tiffany, mi amiga, ya no era ella...


Corrí y corrí, intentando desdpertar de esa pesadilla.


Esa niña, a la que una vez había llamado amiga, esa niña en la que todos confiaban, esa niña llamada Tiffany...


Al otro día Tiffany no asistió a la escuela, tampoco al siguiente, hasta que desapareció. Nadie volvió a saber nada más de ella...(esto ocurrió más o menos un mes antes de la muerte de mi hermano).


Nunca dije nada acerca de lo que ví. Sólo intenté borrarlo de mi mente y creer que mis ojos me habían engañado.


¡¿Y resulta que ahora vuelve?!


Esa chica era peligrosa...


Quizás fue un accidente, no lo sé. Pero era extraño que "por accidente" le clavaras un puñal en el corazón a tu madre.


No tenía la certeza de qué fue lo que excactamente sucedió, pero sabía lo que había visto.


Tenía miedo, no estaba segura de si me había visto espiando por la ventana, pero de todos modos...bueno, no lo sé. Quizás...ya, no tengo ninguna explicación razonable para esto...


Nolan nunca me había dicho nada de lo que sabía (y estaba segura de que sabía algo más que yo).


Lo único que quedaba era rezar por que el alma de esa chica hubiera vuelto a limpiarse y lo de su madre hubiera sido sólo un error...

lunes, 12 de abril de 2010

Capítulo 26: "¡¿Qué?!"


Narra Demi:



Luego de caminar un rato más, decidimos volver.



A esa hora estaríamos saliendo de la escuela, así que fuimos directo a casa de Joe.



Nick y Kevin ya habían llegado.



-Hola-saludé, tímidamente. Ahora Nick y Kev eran como extraños para mí. Es decir, era raro...eramos muy amigos en nuestra infancia, pero pasaron muchos años...con el único con el que me sentía cómoda y como si jamás se hubiese ido era con Joe.



-Hola-dijo Kevin. Nick nos miró extraño y luego hizo un gesto con la cabeza cono saludo.



Aún me sentía culpable por haber tenido tan poco tacto con lo de Nolan...pobre Kev...



Un hombre despeinado y con una bata sucia puesta entró en la sala.



Casi no pude reconocerlo: era el padre de Joe.



-Hola chicos...-dió un repingo al verme-Oh...lo siento tanto...no sabía que habían traído a Demi a casa...



Joe reía nerviosamente y le lanzaba miradas furtivas a su padre, quien parecía incómodo y nervioso.



-Emm...sí, iré a cambiarme...



El hombre volvió por donde había venido.



Se hizo un incómodo silencio, luego el padre de Joe regresó, vestido.



-De verdad, cuando lo siento-se disculpó, avergonzado.



-No se preocupe...-dije, mientras miraba el desórden que era la casa.



-Emm...señor Jonas-comenzé, con timidez-Me gustaría ayudar en algunas cosas, si no es problema. Como con la limpieza, la cocina, todas esas cosas...



-No, no, Demi, no tienes que molestarte...



-Es verdad, Demi-concordó Joe.



-No, no, de verdad no sería molestia, me gustaría ayudar en algo...además no tengo nada más que hacer...



Era cierto. Yo no tenía actividades extra-curriculares ni nada por el estilo. Lo único que hacía cuando no estaba en la escuela era hacer tarea, estudiar o holgazanear en casa.



El hombre dudó.



Luego negó con la cabeza.



-No, no dejaré que te molestes en hacer cosas por nosotros...



-Por favor...-insistí.



Luego de varios intentos, no le quedó más que aceptar.



-Genial, bueno debo irme, ya es tarde-dije y me despedí de Nick, Kevin y su padre. Joe me acompañó a la puerta.




Estaba por irme, pero puso su mano sobre mi hombro.



-No tienes que hacer eso...-susurró.




Puse los ojos en blanco.




-Si no querías verme todos los días podrías habermelo dicho...-bromeé. ¡Guau! Hace tanto tiempo que no bromeaba...




-¡No! Demi, yo...yo no quise...




Lo interrumpí.




-Sólo bromeo-sonreí y él me imitó, aliviado.


Joe me dio un beso en la mejilla antes de que saliera.


Caminé hasta mi casa.


Supuse que Sterling me haría esas preguntas estilo padre sobreprotector como "¡¿Donde estuviste?!" o "¡¿Cómo se te ocurre andar sola por ahí a esta hora?!


Entré, resignandome a que tendría que contar un largo laargo relato...


Sterling estaba en la sala. Cuando me vio una sonrisa se dibujó en su rostro.


-Ya lo sé, ya...hoy...-comenzé a contar mi historia, pero Sterling me interrumpió:


-¡Adivina quien acaba de llamar!


-¿Quién?-pregunté, extrañada. Sterling parecía muy emocionado...


-¡Tiffany!


Sentí como si hubiera tragado una piedra. Como si me hubieran golpeado justo en el estómago.


¡¿Tiffany?! ¡¿Tiffany?! Tenía que estar bromeando...

domingo, 11 de abril de 2010

Capítulo 25: "No estás solo."


Narra Demi:

Luego de caminar unas horas, Joe y yo nos sentamos en la orilla del mar. Miramos a la inmensidad, sin decir una sola palabra, hasta que la voz de Joe rompió el silencio:

-Demi...

-¿Si?

-Tú sabes lo que se siente perder a alguien a quien amas, ¿verdad?

Bajé la mirada.

-Si.
-Y...cuando...ya sabes...cuando perdiste a...Nolan...¿cómo te sentiste?

Respiré hondo y comenzé a hablar, sin apartar la mirada de mis pies.

-Como si de repente toda la felicidad desapareciera y todo se volviera triste y oscuro. Desolación, ese sentimiento amargo de que jamás volverás a ser la misma persona de antes y que nada volverá a ser igual...

Se hizo un silencio.

Joe dijo:

-También siento eso ahora. Es como si...estuvieras solo y retorciendote de dolor en una habitación oscura y aterradora, sin salida, sin nadie que te dé una mano. Como cuando te subes solo por primera vez al tren fantasma cuando eres niño. Así se siente...

Levanté la mirada hasta encontrarme con la de él, que miraba el horizonte con melancolía.

-No estás solo-dije, mientras tomaba su mano.

Joe me miró a los ojos. Su mirada estaba llena de dolor, melancolía y desolación.

-Créeme Joe, tu madre no se ha ido, al igual que...Nolan...porque, Joe, aquellos que nos aman jamás nos dejan, sobreviven para siempre, aquí-dije, poniendo mi mano sobre su pecho, en el lugar donde estaba el corazón. Joe tomó mi mano y la acarició suavemente mientras yo continuaba hablando-Cuando sientas que todo está perdido, que estás solo y que nadie puede ayudarte, cuando estés triste o deprimido, cuando necesites compañía...ella te dará palabras de consuelo y su caompañía, ella te cuidará en esos momentos en los que sientas que todo a tu alrededor se derrumba, cuando todo se venga abajo, ella estará allí, cuidándote...

Joe me miró con esa mirada triste.

Habló, con lágrimas en los ojos:

-Yo sabía que ella se iría pronto, pero me negaba a aceptarlo. Sólo me engañé a mi mismo y con eso sólo logré sufrir más...

Lo rodeé entre mis brazos, sientiendo su calor y su cuerpo estremeciéndose a causa del llanto.

Pude verme reflejada en Joe. Él sentía lo mismo que yo cuando perdí a mi hermano, él sabía el dolor que causaba perder a quien más amas en la vida. No iba a dejar que a Joe la pasara lo mismo que a mí. Él tenía que seguir siendo feliz y no perder el control de su vida, como yo hize. No iba a dejar que cometiera los mismos errores que yo, no iba a permitir que su vida se volviera miserable. Iba a buscar el modo de que Joe se sobrepusiera y no temrinara como yo...

viernes, 9 de abril de 2010

Capítulo 24: "Nuestro lugar secreto."


Narra Demi:

Joe parecía confundido.
-¿Qué quieres decir?
-Que deberíamos dejar de vernos...
Joe se quedó inmóvil, mirándome, perplejo.

-Pero...¿por qué? Demi, si fue por todo lo que te dije lo siento, estaba enfadado y...

Lo interrumpí.

-No, Joe. Es que, ambos sabemos que mientras más tiempo pasemos juntos más nos lastimamos el uno al otro...

Joe se fue acercando a mí hasta acorralarme contra la pared.

Acercó su rostro al mío y susurró, con lágrimas en los ojos:

-Por favor...me lastimarías más si te distanciaras de mí...

Me quedé paralizada, sintiendo la respiración de Joe, que estaba a escasos centímetros de mí.

-Está bien-susurré.

Joe sinrió y se apartó de mí a una distancia razonable.

-Y...¿entonces quieres escapar de esta prisión o no?-me dijo con una mirada traviesa.

-No creo que sea una buena idea Joe...

-¿Tienes miedo?-me provocó, en broma. ¡Se puso a hacer ruido de gallina!

-¡Está bien! ¡Está bien!-le frené-Vamos.

Joe me sonrió de manera triunfante y me hizo una seña para que salieramos por la ventana.

Dudé.

Joe saltó por la ventana.

Lo miré, dudando.

Nunca antes me había escapado de la escuela...

Joe me miró, desde abajo.

-¡Vamos!-me apuró.

Me acerqué con miedo a la ventana y salté.

Sentí que caía y caía, pero no era tan alto. De repente, mi cuerpo se estrelló contra algo.

Oh, por Dios. ¡Había caído sobre Joe!

Me ruborizé, mientras Joe reía y me miraba dulcemente.

Aún riendo, Joe se paró y me tendió la mano para ayudarme a ponerme en pie.

Tomé su mano y me levanté, ruborizada, aunque la risa de Joe era muy contagiosa. Comenzé a reirme como hacía mucho que no reía. De pronto sentí como si Joe y yo volvieramos a los viejos tiempos, cuando eramos niños. Cuando jugabamos, reíamos, eramos felices...

Esos tiempos cuando no teníamos que preocuparnos por nada, cuando no teníamos ni un sólo problema...

Sentí como si hubieramos regresado en el tiempo a aquellos días, los días felices...

Salimos de la escuela escabullendonos por unos arbustos muy poblados.

Cuando por fin logramos salir, le pregunté a Joe:

-¿Y a dónde iremos?

Sonrió.

-Ven-me dijo, sonriendo, y me tomó de la mano.

Me llevó hasta un bosque que estaba bastante lejos de la escuela. Estaba en las afueras del pueblo. Allí no habían casas cerca ni gente. Estaba desierto.

-¿Recuerdas este lugar?-me preguntó.

Negué conla cabeza.

-Aquí era nuestro lugar secreto...¿como no lo recuerdas? Aquí jugábamos cuando eramos niños, y sólo nosotros dos sabíamos de su existencia...

De repente, me hundí en un lejano recuerdo, pero muy vívido...

"Nolan, Kevin, Selena Nick y yo jugábamos en el patio trasero de la casa de los chicos.

Yo tendría unos diez años.

De repente, Joe se apareció en el jardín gritando mi nombre, emocionado.

-¡Demi, Demi! ¡Ven, ven, rápido!

Joe me tomó de la mano y me arrastró hacia la salida.

Me llevó a un bosque grande y lleno de árboles, que estaba bastante lejos.

Yo estaba algo asustada de que estuvieramos los dos solos allí, pero sin embargo confiaba en él.

Lo seguí.

Cruzamos el amblio bosque hasta que llegamos al otro lado.

Salimos de la gran masa de árbles enormes, a una playa. Una bonita playa en dónde no había ni un alma. Pude ver el mar golpeando contra unas rocas, sentir la arena fría bajo mis pies..."

Volví al presente.

¡Claro que recordaba ese lugar!

Sólo Joe y yo sabíamos de su existencia, era nuestro lugar secreto. Siempre él y yo lo cruzábamos, hasta llegar a esa bonita playa al otro lado, de la cual nadie sabía que existía.

No volví a adentrarme en ese bosque desde que Joe se había mudado. Me daba miedo adentrarme en ese bosque de enormes árboles yo sola...

El día que Joe y sus hermanos tenían que partir, Joe, me dijo, apartándonos del grupo:

-No le digas a nadie del bosque y la playa al otro lado. Será nuestro secreto...

Luego me regaló una de esas sonrisas suyas, la cual me contagió.

Suspiré.

Qué momentos aquellos...

Yo cumplí con mi promesa: nunca le revelé a nadie sobre este bosque...

Joe me tomó de la mano y nos adentramos en el bosque. Los altos y amenazadores árboles sueguían asustándome, pero con Joe a mi lado sentía como una especie de protección...

Luego de mucho caminar, llegamos a una parte iluminada del bosque. Los rayos del sol podían pasar por entre los árboles.

Nos abrimos paso entre los árboles y sentimos el piso más blando. Ya no saminábamos sobre tierra, sino sobre arena.

El sol nos dio en el rostro mientras contemplábamos el inmenso océano que nos hacía sentir como hormigas.

Joe y yo caminamos por la orilla del mar, cada uno con sus pensamientos, sus recuerdos...

Hacía mucho tiempo que no sentía tanta paz, tranquilidad...

Los últimos años fueron un remolino que amenazaba con succionarme. Todo fue oscuridad, soledad, dolor...

Pero hoy, luego de tanto tiempo de oscuridad y dolor, pude ver el sol, sentir la brisa en mi rostro y sentir que todo estaba bien. Pude sentir como si Joe y yo fuerámos las únicas personas sobre la faz de la tierra, como si nada más importara, como si el tiempo se hubiese detenido y este momento fuera nuestro, sólo nuestro...
_____________________________
¡Espero que les haya gustado el capítulo! Lamento no haber escrito antes, es que tenía mucho que estudiar...
Este capítulo fue algo diferente a los demás: un poco más romántico y menos triste jeje
Ah, y este es un mensaje para Darkness (http://www.entrelassonbras.blogspot.com/): ¡Por favor no abandones tu blog! ¡No dejes que esos malos comentarios te afecten! Esa gente seguro no tiene nada mejor que hacer o son unos envidiosos. Tu historia es maravillosa y sería una lástima que la abandonaras.
Por favor, si leen el blog de Darkness, apóyenlo para que no deje su blog. Es un escritor muy talentoso y yo moriría sin sus historias...
Bueno,
saludos y suerte,
Hayley.

lunes, 5 de abril de 2010

Capítulo 23: "Por tu bien."


Narra Demi:

A la mañana siguiente, Sterling y yo volvimos a la escuela.

No me sentía de muy buen humor, a decir verdad. La culpa y la compasión me invadían.

A la hora del almuerzo, no fui a la cafetería. Decidí ir a la sala de música, que seguro estaría desierta. Necesitaba calmarme, tocar el piano siempre me ayudaba. Nolan me había enseñado a tocar. Hacía mucho tiempo que no tocaba, pero supongo que aún recuerdo algo...

Caminé por los desiertos pasillos, hasta que llegué a la sala de música, también vacía.

Me senté frente al gran piano de cola, que estaba junto a una gran ventana.

Comenzé a tocar algunas teclas, de prueba.

Do, re, mi, fa...

Pronto esas notas sueltas se convirtieron en una melodía, lenta y triste.

Comenzé a tocar esa canción tan trsite que me traía viejos y dolorosos recuerdos.

Tomé aire y comenzé a cantar (aunque sabía que no era une buena idea), mientras tocaba:


Sha la la la la sha la la la la

Tu me llamabas tu angel
Decias que yo habia venido directo del Cielo
Y tu me abrazabas muy fuerte
Yo pensaba en que te sentias tan fuerte
No queria que te fueras nunca
Queria que te quedaras aqui abrazandome

Te extrano
Hecho de menos tu sonrisa
Y todavia lloro una lagrima de vez en cuando
Y aunque es diferente ahora
Aun estas aqui abrazandome
Mi corazon no te va a dejar ir
Y necesito que sepas
Te extrano
Sha la la la la la

Te extrano
Tu me llamabas tu sonadora
Y ahora estoy viviendo mi sueno
Oh quisiera que pudieras ver
Todo lo que me esta pasando
Estoy pensando en el pasado
Es cierto que el tiempo vuela demasiado rapido

Te extrano
Hecho de menos tu sonrisa
Y todavia lloro una lagrima de vez en cuando
Y aunque es diferente ahora
Aun estas aqui abrazandome
Mi corazon no te va a dejar ir
Y necesito que sepas
Te extrano
Sha la la la la la
Te extrano

Se que estas en un lugar mejor, si
Y desearia poder ver tu cara
Oh se que estas donde deberias estar
Aunque no sea aqui conmigo
Te extrano
Hecho de menos tu sonrisa
Y todavia lloro una lagrima de vez en cuando
Y aunque es diferente ahora
Aun estas aqui abrazandome
Mi corazon no te va a dejar ir
Y necesito que sepas
Te extrano
Sha la la la la la

Te extrano
Hecho de menos tu sonrisa
Y todavia lloro una lagrima de vez en cuando
Y aunque es diferente ahora
Aun estas aqui abrazandome
Mi corazon no te va a dejar ir
Y necesito que sepas
Te extrano
Sha la la la la la


Al llegar al final de la canción, me deshize en lágrimas.

Esa canción la había escrito luego de la muerte de Nolan, mientras pasaba mis días de hermitaña en mi habitación.

Oí un ruido detrás de mí.

Me sobresalté.

Me di la vuelta.

Alguien me obserbaba desde detrás del chelo.

Ni siquiera había notado su presencia.

-¿Joe?-articulé, entre sollozos. Sabía que una vez que comenzara a llorar, sería difícil parar.

Joe se levantó, mirándome fijo.

-No me vengas con eso de que no me viste...tocaste esa canción a propósito, ¿verdad? Por lo de mi madre...

-¿Qué? Ni siquiera sabía que estabas aquí...

Me interrumpí a mitad de frase. No iba a alterarme. Joe estaba destrozado y peor aún si había oído mi canción...

Dejaría que se desahogara.

-¡Demi, la verdad eres de lo peor! Porque ayer te traté mal vienes y te vengas...

-¿Qué más?-insistí. De verdad le haría bien descargarse.

Joe me miró, furioso.

-¡¿Qué más?! ¡Que eres una manipuladora cruel y malvada! ¡Disfrutas viendo sufrir a los demás! ¿Sabes? ¡Que tu hermano haya muerto no significa que tengas que hacer sufrir a los demás por eso...

Joe se interrumpió. Miró al suelo. Parecía arrepentido de haber dicho eso...

Con todas mis fuerzas, contuve las lágrimas. Quería que Joe siguiera descargandose. Luego se sentiría con un peso menos encima. Yo lo sabía muy bien...

-Sigue-dije.

Joe dudó.

-¡¿Intentas jugas a la psicóloga o qué?! ¡Estoy harto de que todos crean que pueden psicoterapearme, no es así!-Joe iba subiendo el tono cada vez más-¡Creen que soy un bebé, pero ya no es así! ¡No voy a llorar como un niño por la pérdida de mi madre! ¡Por mí que se mueran todos mientras me dejen en paz! ¡¿Por qué todos creen que estoy mal?! ¡Ellos son los que están ma...

Joe no terminó la frase y se lanzó a mis brazos, llorando.

Lo abrazé fuerte, llorando yo también.

Pobre Joe, estaba destrozado. Luego de haber construido un muro, que se balanceaba de un lado a otro, amenzando con derrumbarse, por fin se vino abajo.

De algún modo, yo sabía lo que Joe sentía. A mí me había pasado lo mismo con mi hermano, sólo que yo no permití que nadie me ayudara a levantarme.

"¿Por qué? ¿Por qué?", repetía Joe, sollozando, una y otra vez.

Yo me limitaba a darle palmadas en la espalda y abrazarlo.

Luego de quién sabe cuánto tiempo, Joe se separó de mí.

Parecía un tanto avergonzado.

Nos quedamos mirando, fijamente, hasta que rompí el silencio:

-Joe, deberías volver con tu familia. Ellos te necesitan y tú a ellos. No cometas el mismo error que yo...

Joe asintió.

-Creo que ya comenzaron las clases de la tarde, deberíamos apurarnos-dije.

-No quiero volver a clases, sólo quiero un lugar para aclarar mis pensamientos y dudo que la escuela lo sea. No creo que suceda nada por escaparnos un día, ¿vienes?-me dijo, señalando la ventana.

-No...Joe, te meterás en problema si te escapas de la escuela. Además, no creo que sea una buena idea que yo vaya contigo...

-¿Por qué?

-Joe, lo que necesitas en estos momentos es estar con tu familia, ellos te necesitan; también tienes que estar calmado y alejarte lo más posible de lo que te pueda lastimar. En este caso, ésa soy yo.

Joe parecía confundido.

-¿Qué quieres decir?

-Que deberíamos dejar de vernos...

sábado, 3 de abril de 2010

Capítulo 22: "Tóxica."


-Emm...Demi...no sé si ya se han enterado en la escuela, pero...-la voz de Kevin se quebró.

El pánico me invadió. ¿Algo le había pasado a Joe? No, no, me negaba a creer eso.

-¡¿Qué?!-pregunté impaciente.

-...nuestra madre falleció anoche...

No daba crédito a mis oídos. ¿Había escuchado bien? No...no, no...la compasión se apoderó de mí. Pobre mujer, y su familia...

-Lo siento mucho-susurré, intentando contener las lágrimas.

-Está bien, pero Joe fue quien peor se lo tomó...

-¿Puedo verlo?

Volvió a dudar.

-Ehh...no lo sé, Demi. Hoy no quizo salir de su habitación en todo el día. Intentamos todos los métodos posibles...

Suspiré. Entendía a Joe. Yo había reaccionado de la misma manera cuando Nolan se fue...

-Pasa, puedes intentarlo, si quieres-me dijo Kevin, amablemente.

Pasé. Era una casa muy bonita de dos pisos.

-Sube. Es la segunda puerta a la izquierda-me indicó Kevin.

Subí las escaleras. Me encontré con un pasillo con dos puertas a cada lado y una al final.

Me dirigí a la que Kevin me había indicado.

En la puerta habían fotos de skaters, motocicistas y otros deportistas extremos.

Toqué la puerta.

Esperé.

No hubo respuesta.

Volví a tocar.

Nada.

-Joe, soy yo. ¿Puedo pasar?-dije.

Silencio. Luego, una fría y dura voz detrás de la puerta, respondió:

-Vete.

Suspiré.

-Por favor Joe, ábreme...

No respondió.

La puera se abrió y Joe se paró en el umbral, clavandome una mirada tan dura como su voz.

-Déjame en paz. Sabes Demi, ya me harté de los juegos. Ya tengo suficiente como para que vengas y sigas jugando conmigo. ¡Lárgate!

Tras decir eso con una voz ruda, me cerró la puerta en la cara.

Me dejé caer, hasta quedar sentada en el piso, apoyada en la puerta.

Una voz me sobresaltó.

-No te preocupes, sólo está molesto-dijo Kevin, que estaba parado a mi lado. No lo había oído venir.

-No, Kevin. Yo pasé por la misma situación que Joe y...sé lo que sucede luego de la desgracia...

Kevin parecía no comprender.

-Cuando mi hermano...murió-tragué saliva e intenté no derrumbarme-también me encerré en mi habitación y me negué a hablar con nadie. Un día, mis padres se hartaron y entraron a mi habitación. Yo les dije de todo. Cosas como: "Los detesto, ¿a ustedes ni siquiera les importa que Nolan haya muerto? Sólo se quedaron ahí, conmigo, en vez de estar con él, a su lado, estuviera moribundo o no." Dije cosas terribles, les rompí el corazón. Los acusé de que no les importaba su hijo...En fin, el punto es que luego de acumular tanto dolor, la única forma de soltarlo es con la ira. Y eso fue lo que yo hize con mis padres ese día, les dije lo que verdaderamente sentía, lo que jamás les hubiera dicho si no fuera por el estado en el que me encontraba. Y lo que acaba de hacer Joe fue exactamente lo que hize yo con mis padres: decir lo que realmente sentía. Y está bien...puedes descargarte. Y prefiero que lo haga conmigo antes que con su padre o con Nick y tú.

Kevin se quedó mudo, mirando el piso.

Lo recordé: Kevin y Nolan eran mejores amigos. Genial, soy una estúpida. Además de dañar a Joe también dañé a Kevin. Podría haber tenido un poco más de tacto.

Me despedí de Kevin y salí de la casa. No quería causar más daños.

Quizás lo mejor fuera dejar a Joe en paz. Él tenía razón: yo estaba jugando con sus sentimientos. Yo y mi estúpida incertidumbre. Lo único que hacía era dañar a quienes me rodeaban. Tenía que decidir entre Joe y Sterling. Mientras más me tardara, más los lastimaría a ambos y a mí misma. Y cuando me decidiera, también terminaría lastimando a alguno de los dos y a mí misma.

Qué estupidez.

Entré a casa. Sterling dormía. Me tumbé en mi cama, mirando el techo.

Era como si yo lanzara una especie de sustancia tóxica. A cualquiera que se acercara se la lanzaba.

Pensando en esto, mis parpados se cerraron y pude entrar al mundo de los sueños, que esta vez no me recibió tan bien como de costumbre. Fue una turbia y oscura pesadilla que no me dejó dormir nada bien.

jueves, 1 de abril de 2010

Capítulo 21: "Desaparición."



Intenté olvidar ese extraño hecho ocurrido. Desayuné y salí hacia la escuela con Sterling, como cualquier Miércoles por la mañana.

Cuando llegamos a la escuela, cada uno fue a la clase que le correspondía. Mi mente era un torbellino de pensamientos confusos.

A la hora del almuerzo busqué a Joe. No había ni rastro de él. También busqué a Nick y a Kevin para ver si podían indicarme en dónde se había metido, pero tampoco los encontré a ellos.

Cuando la escuela acabó, me dirigí al hospital.

Subí las escaleras y entré a la habitación 26, en donde estaba mi padre.

Mi madre estaba sentada en un sillón, al lado de la cama de mi padre, quien ahora estaba despierto y hablando con mi madre.

Corrí hacia su cama y lo abrazé con cuidado.

-Hola princesa, ¿cómo estás?-me dijo mi padre, sonriendo.

-¿Qué como estoy yo? ¿Eso qué importa? ¿Cómo estás tú?

Sonrió y me tomó la mano.

-Muy bien.

Me quedé hablando con mi padre. Le conté que había vuelto a reencontrarme con mis amigos de la infancia, lo que lo puso muy feliz.

Luego de unas horas, la puerta de la habitación se abrió. Era la antipática enfermera que me había hechado. Me miró con desprecio y dijo:

-Ya pasó el horario de visitas.

Me despedí de mis padres (mamá pasaría la noche allí otra vez) y salí de la habitación, de mala gana.

Decidí ir a visitar a Emma. Aún no quería volver a casa.

Su casa no quedaba muy lejos. Cuando llegué, toqué el timbre. Emma me abrió y me invitó a pasar.

-Hola Demi, Selena también está aquí, se quedará a dormir. Si quieres puedes quedarte también.

-No, gracias, prefiero dormir en casa.

Llegamos al comedor de Emma, en donde estaba Selena con la cabeza apoyada sobre la mesa. Habían muchos libros abiertos a su alrededor, pero ella no estudiaba, lo cual no me sorprendía.

-Hola Dems-me saludó, al verme.

Me senté a su lado.

-Hola.

Les conté que Joe, Nick y Kevin habían vuelto. Claro, Emma no los conocía.

-¡¿En serio?! ¡Genial! ¡Nick volvió!-gritó Selena emocionada. Pero se apresuró a agregar:

-Quiero decir...¡los tres han vuelto!

-Yo conocí a un Kevin, es nuevo. Me lo asignaron como pareja en Ciencias-dijo Emma con el ceño fruncido-Se cree un sabelotodo. No lo soporto.

Selena le lanzó una mirada significativa. Emma la captó y puso los ojos en blanco.

De repente, Selena soltó:

-¡Espera! ¡¿Entonces él te dio su dirección?!-preguntó Selena.

Emma asintió.

Selena insitió en que Emma le diera la dirección. Estaba desesperada por ver a Nick.

Emma nos dio la dirección.

Decidí ir a verlos, estaba preocupada. Quería saber por qué no habían asistido a clases hoy. ¿Les habría pasado algo?

Me despedí de las chicas y fui en busca de la casa de los tres hermanos.

Cuando pot fin la encontré (no estaba muy lejos, pero ya había anochecido), toqué el timbre.

Esperé.

La puerta se abrió. Kevin había atendido.

-Hola Kevin, no sé si me recuerdas. Soy Demi...

Me interrumpió.

-Ah, sí Demi. Joe me ha hablado de tí. Es increíble que nos volvamos a ver luego de tantos años.

-Sí, una coincidencia. Emm...¿te molesta si paso a ver a Joe?

La expresión amable de Kevin fue reemplazada por una extraña...

Dudó.

-Emm...Demi...no sé si ya se han enterado en la escuela, pero...-la voz de Kevin se quebró.

El pánico me invadió. ¿Algo le había pasado a Joe? No, no, me negaba a creer eso.

-¡¿Qué?!-pregunté impaciente.

domingo, 28 de marzo de 2010

Capítulo 20: "Hecho inexplicable."

Narra Demi:

Sin que siquiera me diera tiempo de pensar en algo, su rostro ya estaba a escasos centímetros del mío. Podía sentir su respiración. La mía estaba muy agitada. Sus labios ya casi rozaban los míos...

Bajé la cabeza, avergonzada.

Sterling se alejó de mí.

Me miró, con una sonrisa tierna en el rostro.

-Sterling, estoy...-comenzé a decir, pero él terminó la frase.

-Confundida.

Asentí, extrañada de que su reacción fuera tan positiva...

-Entiendo...-me tomó de la barbilla y me acarició la mejilla, suavemente-Demi, no voy a obligarte a nada que no quieras hacer...tómate tu tiempo, yo puedo esperar...esperaría toda una eternidad por tí...

Me dio un beso en la frente y subió las escaleras tras desearme buenas noches con su dulce voz.

Me había dejado sin aliento...

¿Qué me sucedía? Mejor dicho, ¿qué le sucedía al mundo? De repente, luego de años de conocernos, se enciende un fuego desconocido entre Sterling y yo. Y luego viene este chico increíble que no veía desde hace mucho tiempo, Joe, y pone mi mundo patas para arriba. ¡¿Algo más va a pasar?!

Todavía estaba demasiado confundida como para descubrir mis verdaderos sentimientos hacie ellos...

Me levanté y fui hacia el vestíbulo. Me acosté en el sofá grande y apoyé la cabeza sobre un almohadón.

Todo era mucho más fácil antes...

Cuando mi hermano estaba, cuando me aconsejaba, consolaba, cuando iluminaba mi camino...
Las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, tan acostumbradas a sentir las saladas gotas resbalando desde mis ojos. Sabía de antemano que eso pasaría. Siempre que me quedaba sola las lágrimas comenzaban a caer y a caer y no era nada fácil detenerlas...

Luego recordé esa escalofriante presencia cerca de mí, esas dolorosas palabras...

Cada vez eran más las lágrimas que caían...

Pronto la inconciencia me ganó y me sumergí en las profundidades del mundo de los sueños...

Los rayos de sol provenientes del gran ventanal y ruidos en la cocina hicieron que me despertara.

Abrí los ojos y me estiré perezosamente.

Algo había cambiado...

Yo no me había tapado cuando me acosté en el sofá, sin embargo una manta azul me cubría. Era la manta de Nolan, la que siempre usaba, que decía que era su favorita y que lo protegía por las noches. Más de una vez me la había prestado cuando tenía pesadillas o miedo por las noches...

No veía esa manta desde hace años, hacía mucho tiempo que no sentía ese suave contacto con mi piel, me recordaba a los viejos tiempos...cuando él estaba...cuando yo era feliz...

Seguro Sterling me había tapado con ella.

Me levanté, aún usando la manta como capa. Entré a la cocina. Sterling estaba preparando omelette.

Me sonrió al verme. Yo me sentía un tanto incómoda y avergonzada por lo ocurrido anoche.

Me senté en una de las sillas. Él se sentó a mi lado y puso un plato con un humeante omelette frente a mí.

-Gracias-dije.

La verdad no tenía ganas de comer, como siempre, pero lo hize, ya que eso hacía feliz a mi amigo.

-Gracias por taparme anoche-dije tímidamente, con la mirada clavada en mi plato.

-¿De qué hablas? Cuando bajé esta mañana ya estabas tapada...

Fruncí el entrecejo. No, eso no era cierto. Yo estaba segura de no haberme tapado. Además, esa manta había quedado guardada en la habitación de Nolan desde su...muerte...

Me estremecí ligeramente. Esto comenzaba a asustarme...

sábado, 27 de marzo de 2010

Capítulo 19: "Frío y oscuridad."


Narra Demi:

Me senté en una silla y apoyé la cabeza sobre la mesa. Una completa y algo escalofriante oscuridad me rodeaba, y digo escalofriante no sólo por la oscuridad, sino porque estaba segura de que no estaba sola...

Podía sentir una extraña presencia muy cerca de mí, en esa total oscuridad...

Un escalofrío recorrió mi espalda.

Sentí movimiento. Ese algo o alguien se había acercado muy considerablemente a mí.

Un frío me invadió de pies a cabeza. Sentí como si todo lo que estuviera a mi alrededor se viniera abajo, como si de repente toda la felicidad (que ya de por sí era escasa) se hubiera esfumado. Intenté gritar pero no pude emitir sonido alguno. Quería que alguien me encontrara, que me salvara, que me sacara de allí, ya que ni siquiera podía mover las piernas. Parecían haberse esfumado de repente porque ya no las sentía...

Cerré los ojos con fuerza, esperando, inútilmente, que al abrirlos apareciera en mi habitación y me diera cuenta de que todo había sido un sueño, sólo eso...

Pero no funcionó. Al abrirlos me encontré otra vez con esa oscuridad y con esa tenebrosa presencia a la que no podía ver, solo sentir, lo que no le quitaba lo aterrador.

Una voz me sobresaltó. Una voz que estaba segura, sólo yo podía oír, ya que provenía de dentro de mi cabeza.

Volví a cerrar los ojos, inútilmente, intentando dejar de oírla.

Me torturaba. Cada palabra que pronunciaba la fría voz de mi hermano eran como cuchillos en mi pecho: "Fue tu culpa. Mereces morir. ¿Qué no te ves? Eres patética. Hazle un favor a la humanidad y suicidate. Así al fin podremos encontrarnos en persona para poder..."

La frase se interrumpió.

Otra voz muy diferente me habló, esta vez fuera de mi mente:

-¿Demi?

Dejé de oír esa fría voz en mi mente y la única presencia que pude sentir fue la de Sterling, que acababa de entrar a la cocina.

En su voz no había ni una gota de cansancio.

Prendió la luz y la antes oscura cocina se iluminó con una luz amarilla.

Parpadeé, la luz me había cegado.

Me miró con preocupación. Se sentó a mi lado.

-¿Qué te pasó? Estás blanca como un papel, como si hubieras visto a un fantasma...

Imaginé mi aspecto: mi piel de un color fantasmal, mis ojos rojos e hinchados por el llanto, el miedo impregnado en mi rostro...

No pude contenerme y me lanzé sobre los brazos de Sterling, dejando que todo el llanto saliera.

Sterling no dijo nada. Me rodeó entre sus brazos y me atrajo protectoramente hacia su pecho.

Lloraba sin poder controlarme, sentía como si nunca fuera a parar.

Sterling me acariciaba el cabello, consolándome.

Cuando logré recomponerme un poco, mi amigo me preguntó, con voz suave:

-¿Qué sucedió? ¿Quieres hablar de eso?

Negué con la cabeza. Sentía que si volvía a revivir lo ocurrido, volvería a estallar el llanto nuevamente, y esta vez sí que no podría detenerme.

Tan solo pensar en esa presencia tan cerca de mí, en ese frío...

Me estremecí y Sterling me estrechó aún más fuerte hacie él.

Pasamos un rato así, sin decir nada, hasta que él rompió el silencio:

-¿No podías dormir?

Volví a negar con la cabeza. Sentía un ardor en la garganta, así que preferí ahorrarme palabras.

-Tampoco yo...-dijo.

Se detuvo por un momento.

Luego continuó, mirándome directamente a los ojos:

-...habían muchas cosas en mi mente que me mantenían en vela...

Me picó la curiosidad, así que no pude contenerme al preguntar:

-¿Como qué?-al instante me arrepentí de haberlo hecho. Sentí como si alguien estuviera lijando mi garganta.

Sterling tomó suavemente mi barbilla entre sus manos y me obligó a mirarlo a los ojos.

Susurró, con ese mismo tono de voz tierno y reconfortante:

-En tí...

Se me revolvió el estómago. Sin que siquiera me diera tiempo de pensar en algo, su rostro ya estaba a escasos centímetros del mío. Podía sentir su respiración. La mía estaba muy agitada. Sus labios ya casi rosaban los míos...

miércoles, 24 de marzo de 2010

Capítulo 18: "Extraña presencia."


Narra Demi:

-¡¿Qué?!-exclamé.

-Ya lo decidí-afirmó, muy serio.

-¡¿Y se puede saber a dónde irás?!

Se encogió de hombros.

-Aunque sea quédate aquí hasta que entres en razón y te des cuenta de que irte de tu casa no solucionará nada y que es una estupidez.

Dudó. Luego dijo:

-¿No tienes problema en que me quede?

-En absoluto. Puedes ocupar la habitación de...Nolan-se me quebró la voz. Mis padres querían convertirla en un lugar para poner cosas viejas que ya no usaramos, como un depósito; pero yo insistí en dejar la habitación del final del pasillo tal cual la había dejado mi hermano. No permití que le hizieran un solo cambio. Casi nunca entraba allí, me traía demasiados recuerdos.

Sterling me miró con preocupación. Él más que nadie sabía que no me gustaba mencionar a mi hermano.

Continué hablando, intentando mantener mi voz firme:

-Pero recuerda que no estoy de acuerdo en que dejes tu casa. Esa no es la solución. ¿Qué dijo tu madre al respecto?

-No le dije nada. Igual no creo que note que no estoy. No le interesa...

Puse los ojos en blanco.

-Que forma más madura de manejar la situación-dije en tono sarcástico.

-Como sea. ¿Estás segura de que no es problema?

-Claro que no. Por si acaso llamaré a mamá para preguntarle. Descuida, eres como parte de la familia, lo sabes.

Era cierto. Mis padres ya consideraban a Sterling como a un hijo propio. Confiaban en él y le daban el apoyo y cariño que sus padres jamás le dieron.

Telefoneé a mamá, que estaba en el hospital, con papá.

Le conté las nuevas noticias. Ella, al igual que yo, estuvo de acuerdo en que la decisión de mi amigo no era la mejor, pero aceptó sin ningún problema que se quedara hasta que reflexionara y analizara bien su decisión. También le pareció buena la idea de que se quedara conmigo, ya que estos días ella estaría la mayor parte del día en el hospital, con papá, y también pasaría las noches en su habitación, con él.

-Ya. No hay problema, puedes quedarte-le confirmé.

-Genial, gracias Dems-dijo y me abrazó.

Fue a buscar sus cosas, que había dejado escondidas detrás de un arbusto.

Mientras Sterling desempacaba en la habitación de Nolan, me tumbé en mi cama, mirando hacia el techo.

Otra vez miles de pensamientos confusos invadieron mi mente:

El beso de Joe, sus miradas...¿él sentía algo por mí? Descarté esa posibilidad al instante. Claro que no sentía nada por mí. Quiero decir, ¿qué podría verme a mí?

¿Y yo qué sentía por Joe? No lo sé...

Y Sterling...¿por qué me había besado? ¿A caso sentía algo más que una amistad por mí o sólo fue un impulso de momento?

¿Y por qué yo le seguí el beso? Él es mi mejor amigo...¿amigo o algo más?

En ese momento mis sentimientos estaban todos mezclados y me confundían.

Esa noche no podía dormir. Ni siquiera me esforcé en intentarlo. Los pensamientos confusos no me dejaban en paz.

Decidí ir a tomar un vaso de agua fría, quizás eso despejaría un poco mi confundida mente.

Salí sigilosamente de mi habitación y cerre la puerta sin hacer ruido.

Bajé las escaleras intentando hacer el menor ruido posible. No quería despertar a Sterling.

Me encontré con el vestíbulo cubierto de negro. No había ni una sola luz.

Entre a la cocina, esforfándome por no tropezar con nada.

No prendí la luz, sólo entré a la oscura cocina y me dirigí hacia el refrigerador.

Tomé la jarra de agua y me serví un poco en un vaso que saqué de uno de los armarios.

Me senté en una silla y apoyé la cabeza sobre la mesa. Una completa y algo escalofriante oscuridad me rodeaba, y digo escalofriante no sólo por la oscuridad, sino porque estaba segura de que no estaba sola...

martes, 23 de marzo de 2010

Capítulo 17: "Es sólo tiempo."


Bueno, este capítulo hace honor al título del blog. Así comprenderán por qué le puse ese nombre jeje.

¡Espero que les guste!

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Narra Demi:

Cuando Joe y yo nos separamos, me miró de una forma que me hizo sentir algo incómoda. Aunque no me estaba mirando mal, sino demasiado...a los ojos...

-¿Quieres acompañarme a ver a mi madre?-me preguntó.

-Claro-acepté.

Joe me llevó a una puerta en el pasillo contrario al de mi padre.

-Joe...lamento haberte hablado así...-de verdad me sentía muy avergonzada.

Sonrió.

-No te preocupes. Y...¿por qué estás aquí?

-Mi padre tuvo un accidente ayer.

Me miró con preocupación.

-Pero está bien-me paresuré a aclarar.

-Genial.

Nos detuvimos frente a la puerta con el número 17.

Entramos.

La madre de Joe estaba recostada sobre una cama con sábanas blancas, como la de mi padre. Su aspecto no era muy bueno...estaba muy pálida, tenía ojeras tan marcadas que parecía como si no hubiera dormido en mucho tiempo.

-Hola hijo-saludó con voz débil y casi inaudible.

Estaba muy delgada y al parecer muy frágil y débil...

-Hola mamá-dijo Joe y me hizo señas para que me acercara.

Obedecí, dudando. Sentía que estaba demás en esa habitación.

-Ah, ¿ella es tu novia?-preguntó la madre de Joe y esbozó una media sonrisa, no creo que tuviera fuerzas para más.

-No, ella es Demi, una amiga. ¿La recuerdas? De cuando eramos niños-dijo Joe.

Ah, claro, Demi! Si, te recuerdo cariño. ¿Cómo has estado?

La madre de Joe siempre fue muy atenta y amable, en especial conmigo.

Me acerqué a su cama.

-Muy bien Señora Jonas, gracias-mentí. No había estado nada bien, pero, ¿para qué darle más preocupaciones de las que tenía?

Joe se sentó al pie de la cama de su madre y comenzó a hablarle: a contarle sobre la escuela, los profesores y todo eso.

Yo me senté en un sillón algo apartado.

De vez en cuando, Joe me lanzaba miradas y me sonreía. Yo le devolvía la sonrisa.

Pasaron horas. Ya estaba anocheciendo.

Una anfermera entró y dijo, dirigiendose a Joe y a mí:

-Tienen que irse, ya pasó el horario de visitas.

Joe y yo obedecimos, despidiendonos de la pobre mujer.

Bajamos las escaleras, en silencio.

Me encontré con mi madre en la sala de espera.

-Hola mamá, ¿ya puedo ver a papá?

-No, debe descansar. Mañana por la mañana estará bien. Pero tendrás que verlo luego de la escuela. Yo pasaré la noche aquí, en la habitación de tu padre...

-¿Y por qué no puedo quedarme yo también?-protesté.

-Porque tienes escuela mañana.

Sabía que no tenía ningún sentido discutir, así que me callé.

Joe volvió con su padre.

-Ah, mamá él es Joe, mi amigo de la infancia.

Joe! Hola, ¿como estás?-Joe respondió que bien con una sonrisa.

Mi madre y el padre de Joe se quedaron hablando.

Joe y yo estábamos por irnos, cuando su padre le dijo:

-Pasaré la noche aquí, dile a Kevin que lo dejo a cargo. No hagan nada imprudente.

Joe asintió y salimos del hospital.

Subí al auto de Joe. Me llevó a casa.

No dijimos mucho durante el viaje, parecía que ambos nos sentíamos extraños por lo del beso...

No podía evitar sentirme incómoda con esas constantes miradas de Joe.

Me despedí de Joe y bajé del auto.

Entré a casa y subí las escaleras.

Entré a mi habitación.

Me encontré con Sterling hechado sobre mi cama, con la cabeza entre las manos.

Me senté a su lado y lo rodeé con el brazo. Apoyé mi cabeza sobre su hombro.

-¿Cómo estas?-que pregunta más obvia.

-Ya no lo soporto-dijo, refiriendose, claramente, a la conducta desastrosa madre.

-No digas eso, Sterling. Tu madre sufrió mucho cuando tu padre los abandonó. Aún no se recupera y por eso actúa así, para compensarse de alguna manera...

Me interrumpió, levantando la cabeza de sus manos y mirándome directamente a los ojos.

-Demi, tuvo 16 años para recuperarse. ¿No crees que es suficiente tiempo?

Negué con la cabeza.

-Sterling, el dolor de perder a alguien a quien amas no tiene fecha de vencimiento. Puede durar semanas, meses, años o hasta el día en que mueras. No importa cuanto tiempo pase, al fin y al cabo, es sólo tiempo. El tiempo no cambiará nada. Hay veces que sí, pero no siempre. Por ejemplo, mírame a mí: Yo sé que nada va a cambiar. No importa cuanto tiempo pase, yo siempre seguiré lamentando la muerte de mi hermano. Nunca me recuperaré. Sé que así será hasta mi día final. Es sólo tiempo...

Sterling no dijo nada.

Luego de unos minutos, dijo:

-No me importa. Ya me harté. Me mudaré.

Cuando pronunció esa última frase fue como si me hubiera pegado una bofetada.

Lo había dicho muy serio y decidido...

-¡¿Qué?!-exclamé.

domingo, 21 de marzo de 2010

Nueva historia...

¡Hola a todos! De este lado del monitor les habla (o mejor dicho les escribe) Hayley!
Bien, seguro recuerdan que yo iba a comenzar una historia sobre una chica llamada Kayla. Bueno, pues me he arrepentido (quizás en otro momento la cree, no lo sé aún) y he decidido crear una nueva historia llamada "Stand in the rain" (http://standintherain-miles.blogspot.com/).
Trata sobre una adolescente de 16 años llamada Miley. Es una chica a la que la vida le ha dado unos cuantos golpes, pero ella siempre intenta tener una sonrisa en el rostro y seguir adelante. Una persona especial y llena de esperanza que lucha contra su destino que quiere arrojarla para atrás. Ella impide con todas sus fuerzas derrumbarse.
A pesar de todos sus esfuerzos por no venirse abajo y continuar, su destino ya está escrito. Pero pronto, una persona entrará inesperadamente en su vida y lo cambiará todo...
Esta historia es un poco menos oscura y triste que la de "It's only time", aunque no pude evitar ponerle un poco de drama, mi toque favorito jaja. Igualmente, les aseguro que la historia de Miley será un poco más alegre y romántica que la otra. Es que intenté cambiar un poco mi estilo oscuro y triste xD
Será una historia llena de drama, amistad, amor fraternal y mucho, pero mucho romance en la vida de esta adolescente luchando por seguir adelante...
Bueno, muchísimas gracias por pasarse y por todo su apoyo, si no fuera por ustedes nunca hubiera llegado a descubrir que escribir era tan divertido :D
P.D: ¡No dejaré este blog! No, no, no. Intentaré actualizar seguido los dos blogs, aunque no prometo nada, ya que estoy algo ocupada con el tema de la escuela.
¡Cuídense!
Hayley.

viernes, 19 de marzo de 2010

Capítulo 16: "Desgracias."


Narra Demi:

Cruzé el pasillo hacia la escalera.

Estaba a punto de llegar a la escalera, cuando lo ví...

-¡¿Qué haces aquí?!-pregunté, sorprendida.

Pronto esa sorpresa fue transformandose en enfado.

-Demi...-dijo Joe nervioso e incómodo-hola...

-¡¿Estabas siguiéndome, otra vez?!

-No...yo...

No lo dejé terminar. Estaba demasiado enojada

-¡Ya basta, Joe! ¡Ya no lo soporto! ¡¿Por qué no vas con tu querida Chelsea?! ¡¿A caso te rechazó o qué?! No cre...

Me interrumpió.

-No te seguí hasta aquí. Ni siquiera sabía que estarías en este lugar...

-Si, claro.

No le creía ni media palabra.

-Es en serio, Demi. Vine a ver a mi madre.

Había abierto la boca para decir algo, pero la cerré al instante luego de oír las palabras de Joe.

-¿Qué?-articulé, confundida, esta vez con un tono lleno de compasión y no de enojo e irritación.

Joe bajó la vista hacia sus zapatillas.

-Mi madre tiene cáncer. Por la única razón que nos mudamos aquí fue porque aquí podían atenderla mejor y a un precio más accesible...ella está mal...los médicos hacen lo que pueden, pero el cáncer no es algo fácil...lo más probable es que estos sean sus últimos días...-no pudo seguir porque su voz se quebró.

No podía dar crédito a mis oídos. Me sentía terrible. Había tratado mal a Joe y le había gritado hace unos minutos y ahora...lo compadecía...

Sabía perfectamente lo que debía de estar sintiendo en ese momento. Excactamente lo que yo sentí hace dos años, cuando, al despertar en el hospital e incorporarme, el médico me dijo el estado de mi hermano (luego de revisar que estuviera bien y ponerme unas vendas).

"-¿Dónde está Nolan?-pregunté, mientras el médico me ponía una venda en el brazo izquierdo.

Pude sentir la extraña reacción de mis padres: dolor e incomodidad.

El médico me miró con sus ojos oscuros y a la vez llenos de compasión y me dijo, con voz suave y con el mayor tacto que pudo:

-El camión vino del lado de tu hermano, así que...estamos haciendo lo que podemos, aunque las posibilidades son de una en un millón. Pero...siempre hay esperanza...

Sabía que esa última frase era completamente falsa. Sólo la dijo para consolarme. Pero fue en vano...

Sentí como si alguien me hubiera dado un golpe justo en el estómago, como un piedrazo. Como si de pronto despertara de un largo sueño...

Salí corriendo de la habitación sin importarme que mi brazo estuviera chorreando sangre, ya que el médico no pudo terminar de ponerme la venda.

Corrí por los largos pasillos, hacia esa puerta, la puerta en la que, tenía la esperanza, de al abrirla despertar y encontrarme en mi habitación, darme cuenta de que esto era sólo una pesadilla..."

Pude notar una brillosa lágrima sobre la mejilla de Joe.

También yo lloraba.

Instintivamente, me acerqué a él y lo rodeé con los brazos, en un abrazo.

Sentí como su cuerpo se estremecía. Ambos llorabamos. Ambos compartíamos ese sentimiento amargo en nuestro interior, ese golpe en el estómago, esa desgracia de saber que estabamos perdiendo lo que más queríamos en la vida...