lunes, 8 de marzo de 2010

Capítulo 12: "La reina sin corona."


Narra Demi:


No, no, no. Esto no estaba bien...Sterling era mi mejor amigo y...ninguno debería sentir algo por el otro...ese es el chiste de los mejores amigos, AMIGOS. Pero...me gustaba...¿o no? ¡No, claro que no! Bueno, quizás si...


Sterling se alejó de mi. Pude ver sorpresa en su rostro. Supongo que también la había en el mío.


-Lo...lo siento...-se disculpó, avergonzado.


Yo estaba muy roja.


-Creo que me iré...a dormir...


Subí las escaleras, un tanto ausente. Cerré la puerta tras de mí y me tumbé boca arriba sobre la cama. Esto era confuso...muy confuso, a decir verdad...


Me quedé en esa posición, mirando el techo. Poco tiempo después mis ojos comenzaron a cerrarse y caí en el maravilloso mundo de los sueños...


Adoraba transportarme al mundo de los sueños, sí...allí todo era maravilloso, mágico, irreal...incluso si era una pesadilla, yo me daba cuenta que estaba soñando. Pero si eran sueños bonitos, me dejaba llevar, no me daba cuenta de que estaba soñando. Supongo que es porque son una muy bonita realidad, auqnue, desgraciadamente, esa no era mi realidad. Eran sólo sueños...


Me desperté. Sterling me llamaba desde el piso de abajo.


-¡Levántate! ¡Tenemos que pasar por mi casa antes de ir a la escuela! ¡Tengo que tomar unos libros!


Me desperezé y refregué los ojos.


Me levanté y me vestí con lo primero que encontré. Apenas pasé el peine por mi cabello enmarañado y me cepillé los dientes. Me lavé la cara y bajé las escaleras, medio dormida.


Sterling me esperaba abajo, parado al lado de la mesa.


Me daba vergüenza sólo mirarlo a los ojos, así que bajé la vista hacia mis viejas y gastadas converses de color blanco (bueno, estoy segura de que en algún momento fueron de color blanco).


Salimos de la casa y nos dirigimos a la de Sterling, que no quedaba muy lejos de allí.


Lo esperé sentada al borde de la acera.


Luego de menos de un minuto, oí un portazo tras de mí. Me di vuelta, sobresaltada. Vi a Sterling salir de la casa con una expresión de ira en su rostro. Estaba segura de que él había dado el portazo. No traía ningún libro en la mano.


-Vámonos-dijo con voz dura, cuando ya estuvo a mi lado.


Me levanté.


-¿Qué pasó?


-Nada, ya vámonos-dijo con el mismo tono duro. No quedaba ni un poco de ese dulce tono que acostumbraba a usar.


No pregunté más y lo seguí. Iba muy rápido. No era fácil seguirlo.


Cuando llegamos a la escuela él se dirigió a su casillero. Pobre...detrás de esa dura expresión en su rostro, estaba segura de que se escondía un dolor muy profundo...¿qué habría visto cuando entró a su casa que lo había hecho enfadar tanto? Bueno, podían ser muchas cosas. Lo más probable es que tuviera que ver con su madre y uno de sus "romances" de una noche.


Me mataba verlo así. Tenía ganas de abrazarlo, consolarlo, pero no sabía si lo tomaría bien...a veces uno tiene ganas de estar solo...
Así que me desvié hacia el otro pasillo. Salí por la puerta que daba al patio.


Miré mi reloj. Aún quedaba tiempo antes de que empezaran las clases.


Me senté sobre el césped. El sol me daba en el rostro. Miré a todos los que tenía alrededor, que no parecían darse cuenta de mi presencia.


Estaban las porristas: chicas esqueléticas y de cabello lagro y brilloso recogido en una cola de caballo. Como siempre, iban todas juntas en grupo y con el uniforme puesto (una falda corta roja con detalles en blanco, una remera sin mangas, corta y ajustada roja con el nombre de la escuela y algunod detalles en blanco. Y también llevaban sus pompones rojos y blancos. Las cintas con las que se recogían el cabello eran blancas o rojas. Llevaban unos tenis blancos. Como habrán notado, los colores de mi escuela son el rojo y el blanco). Iban riendo y pavoneándose mientras pasaban por al lado de los chicos de equipo de futbol. Idiotas sin cerebro, con cuerpos enormes. Son altos y también llevan el uniforme del equipo (Pantalones blancos, remeras enormes rojas con un número en blanco al frente y en la espalda el mismo número con sus apellidos arriba, en blanco. Llevaban unos sucios tenis negros. Como siempre, iban con el balón, pasándoselo). Las porristas se fueron, indignadas, al ver que los chicos le prestaban más atención a agarrar al balón que a mirarlas a ellas.


Las porristas y los futbolistas "dominan" la escuela, si así puede decirse. Son los más populares y todos quieren ser como ellos. En mi opinión, todo eso es una estupidez. Etiquetan a la gente sin conocerla y molestan a los "no populares". Es estúpido.


Ustedes seguro pensarán: Chelsea es la líder de las porristas, ¿verdad? Pues, me alegro en contestarles y aclararles su error. Chelsea ERA la líder de las porristas, hace dos años. Era la chica más envidiada y admirada por las chicas y deseada por los chicos, tanto populares como no poplares. Claro, ella elegía a los populares, como los futbolistas. En fin, ella tenía a la escuela entera a sus pies. Pero, el año pasado, para su desgracia y para mi felicidad, llegó una chica nueva a la escuela. Se llamaba Hilary. Una chica muy bonita. Resulta que todos comenzaron a prestarle más atención a ella que a Chelsea. Hilary hizo la audición para las porristas, y, oh sorpresa, fue elgida la nueva líder. La entrenadora y todas las demás porristas (excepto Chelsea, claro) la consideraban mucho mejor animadora que Chelsea. Así que la sacaron del equipo de las animadoras y la reemplazaron por Hilary. Chelsea estaba furiosa, como se imaginarán. Desde ese momento perdió mucha popularidad (aunque aún conserva un poco), al igual que a sus amigas populares y a los chicos populares que iban tras ella.


Como se imaginarán, Chelsea es una chica sumamente vengativa, así que no me sorprendería que un día de estos Hilary desaparezca "nisteriosamente" o se rompa una pierna "por accidente". No, solo bromeo, no creo que Chelsea sea capaz de hacer esas cosas...¿o si?
______________________________________
¡Hola mis queridos lectores! Bien, solo quería informarles, con mucha tristeza, que ya no podré poner capítulos tan seguido. Es que hoy empezé la escuela y eso no me deja mucho tiempo para escribir. Sacando que estoy completamente agotada; por Dios, sí que es difícil adaptarse al cambio de horarios. Tengo que levantarme temprano y, como es falta de costumbre, eso me deja hecha polvo. Bien, demasiado dramatismo por ahora...jajaja.
Les prometo poner capítulos lo más seguido que pueda. Por favor entiendame,
cuidense mucho,
Hayley.

domingo, 7 de marzo de 2010

Capítulo 11: "Milagro."


Narra Demi:

Esperamos y esperamos...

Hasta que, luego de no sé cuanto tiempo, pero que pasó muy lento para mí; un doctor salió de la sala de urgencias y se dirigió a nosotros.

-¡Doctor! ¡¿Qué pasó?! ¡¿Está bien?!-pregunté, levantándome de la silla.

El hombre suspiró y nos miró, serio.

-Está bien...

Sonreí, pero él mantuvo su seriedad y continuó hablando:

-...nunca nos pasó algo así...las posibilidades de alguien a quien lo arrolla un auto sobre la gran parte de las vértebras torácicas tiene una posibilidad en un millón de sobrevivir, por más que nos esforcemos. Es un caso único....aunque, como es lógico, perdió mucha sangre y tiene varias vértebras rotas, pero podemos arreglarlo...En todos los pacientes que tuvimos con este problema, no pudimos salvar a ninguno, aunque hicimos lo que pudimos. Es casi imposible que sobrevivan en estos casos...no nos explicamos cómo es que este hombre sigue vivo...supongo que es un milagro...

Woow. Es decir que ya casi todo estaba perdido, que casi no habían posibilidades de salvar a mi padre, pero, sin embargo, sobrevivió...es un milagro...

-Gracias hermano-dije, en un susurro casi inaudible.

-¿Podemos verlo?-pregunté.

-Temo que aún no. Pero les avisaremos...

Mi madre nos miró a Sterling y a mí y nos dijo:

-Vuelvan a casa, yo me quedaré aquí hasta mañana...Sterling, te agradecería mucho si pasas la noche en casa, si no te molesta ni a tí ni a tus padres, claro. No quiero que Demi se quede sola...

Sterling asintió.

-Mamá, quiero quedarme...

-Demi, hija, mañana podrás verlo. Ahora, por favor, vuelvan a casa. Ya está anocheciendo. Hay comida en el refrigerador.

Suspiré. No iba a poder discutirle a mi madre; ella es tan terca como yo...

Sterling y yo salimos del hospital y subimos al auto de mis padres.

-Sterling...¿qué pasó con la persona que arrolló a mi padre?

-...escapó...

Eso me trajo viejos recuerdos. La noche en que Nolan murió...el conductor del camión también escapó...no entiendo como esa gente puede dormir tranquila por las noches sabiendo que mató a gente inocente...

No hablamos en todo lo que quedó del camino.

Entramos a casa. Miré el reloj de pared. Eran las 9:00 pm.

Comimos en silencio un poco de pizza que quedaba en la heladera.

-Llamaré a mi madre. Debe estar histérica...-dijo con sarcasmo y fue hacia el living, mientras sacaba el celular de su bolsillo.

Terminé de comer la porción de pizza, sin muchas ganas. Aún pensaba en todo lo que había pasado hoy...qué extraño...

Luego de unos minutos, Sterling volvió, con una extraña expresión en su rostro. Tenía la mandíbula tensa.

-Sterling, puedes ir a tu casa. No te preocupes, alguien me cuida...

Sonreí.

Sterling me miró raro y dijo:

-Descuida, a mi madre no le importa que me quede aquí. Es más, podría quedarme aquí por toda la eternidad o tirarme a un pozo y a ella no le importaría.

Se sentó a mi lado, dándo una patada al piso.

La vida de Sterling tampoco era lo que se decía fácil. Su padre abandonó a su madre apenas se enteró de que estaba embarazada. Y su madre...bueno, ella nunca lo superó. Ahora se embriaga todas las noches y pasa la noche (si saben a qué me refiero) con cualquier hombre que encuentre en la calle.

Supongo que así se traga sus penas: bebiendo y acostándose con cualquier cerdo que se le cruze.

No le importaba en absoluto su único hijo...

Sterling no era como yo que siempre estaba deprimida y abatida por mis problemas...no, él era fuerte...siemrpe lo fue y es por eso que siempre me apoyó y consoló.

Pero, uno no siempre puede ser fuerte. No siempre...

Puse mi mano sobre la suya. Él levantó la mirada y la posó en mis ojos. Lo mismo hize yo.

Tomó mi barbilla y acarició mi mejilla suavemente. Se fue acercando a mí, muy despacio...cada vez sus labios estaban más cerca de los míos...hasta que se rozaron y él los movió suavemente sobre los míos. Me besó suave y dulcemente.

Y yo no hize nada para impedirlo...

sábado, 6 de marzo de 2010

Premio a mejor blog...


Muchísimas gracias Brenda (http://tuyjoe.blogspot.com/), ¡estoy tan emocionada! ¡Mi primer premio! Jajaja. La verdad me pone tan feliz saber que esta historia le llega a alguien de tal forma que la hace llorar. ¡ES INCREÍBLE! Y eso que apenas soy una principiante, ¡no puedo creerlo! ¡Qué emoción! XD Aprecio mucho este premio y Brenda, eres una gran escritora, tus historias también me hacen reír y llorar. Admiro la forma en que escribes, te deseo lo mejor y te doy mil gracias,

besos,

la eufórica, Hayley XD

viernes, 5 de marzo de 2010

Capítulo 10: "Alguien me está cuidando."


Narra Demi:

-Sterling, ¿qué pasa?-pregunté, preocupada.

No respondió; sólo siguió mirándome así...

-Sterling, ¡¿quién era?! ¡¿qué pasó?!-pregunté, alarmada.

-Demi...

Se acercó a mi y me tomó las manos.

-...tu padre tuvo un accidente...

-¡¿Qué?!-salté.

No, no podía ser...primero Nolan y ahora mi padre...¡¿qué rayos pasaba?! ¡¿Qué había hecho para merecer esto?! Y si yo había hecho algo mal, la que tendría que ser castigada sería yo, no la gente a la que amo...

-No, no...-dije, intentando hacer que nada de esto fuera cierto.

Sterling me abrazó, intentando consolarme.

-Vamos-me dijo y me tomó de la mano, sacándome de la habitación.

Cruzamos la puerta a la carrera y salimos hacia el hospital.

Las lágrimas caían por mis mejillas mientras Sterling se sentaba al volante del auto de mis padres.

-No llores, todo estará bien-dijo, en un tono no muy convincente.

Cuando llegamos bajé casi corriendo del auto y cruzé las puertas del hospital como un rayo.

Me puse a correr por los pasillos, deseando que esto fuera una pesadilla.

Mi madre estaba en la sala de espera, con el rostro entre las manos.

-Mamá, ¡¿dónde está?!-pregunté, sollozando.

Sentí una mano sobre mi hombro. Era Sterling, que me había alcanzado.

Mi madre me miró, con los ojos enrojecidos. No respondió.

-¡Mamá, quiero verlo! ¡¿Dónde está?!-grité, llorando cada vez más.

La gente de la sala de espera me miraba, pero no hize caso.

-¡Quiero verlo! ¡¿Dóndo lo tienen?!-gemí.

-Demi, Demi, tranquila-me dijo Sterling, tomándome del brazo-Está bien, aún no puedes verlo...

Me deshize de su brazo y entré a una sala. Era la sala de urgencias.

Lo que vi me dejó sin aliento. El cuerpo de mi padre yacía, inconciente, sobre una camilla. Estaba lleno de sangre sobre su pecho. Muchos médicos lo rodeaban.

Comenzé a llorar aún más que antes. No...papá...no, por favor...

-¡No!-grité, corriendo hacia la camilla, empujando a los médicos para abrirme paso e ignorando lo que me decían-¡No, papá, no! ¡Por favor, no!-gritaba mientras lloraba, apoyada sobre su cuerpo tieso, sin importarme estar manchándome de sangre-¡No, no!

Respiraba entrecortadamente.

Sentí una mano sobre mi hombro. Era uno de los médicos.

-Señorita, tiene que irse.

-¡No! ¡No lo dejaré!-girté, llorando.

Sentí que alguien me tomaba por la cintura muy fuerte y me obligaba a alejarme de mi padre. No podía dejarlo, no...luché con todas mis fuerzas para liberarme, pero fue inútil; me sujetaban muy fuerte. Esos brazos me llevaron fuera de la sala de emergencias, hacia la sala de espera, en donde me soltaron.

Eran nada más ni nada menos que los brazos de Sterling.

-¡Suéltame, tengo que estar con él!-girité.

Todos me miraban.

-No, Demi, deja que los médicos hagan su trabajo, es urgente. Espera un rato y podrás verlo-dijo y puso sus manos sobre mis hombros.

Me sacudí sus manos e intenté ir hacia la puerta de la sala en donde estaba mi padre, pero él me tomó del brazo, muy fuerte.

-¡Déjame ir!

Una voz hizo que me quedara quieta, inmóvil.

-Demi, cálmate, todo saldrá bien, lo prometo...

Era su inconfundible voz, la voz de Nolan...tenía un tono tranquilizador.

No sñe por qué, esta vez no me aterré como me había pasado en casa; esta vez me sentí segura, protegida...le creí...

Fui al baño de damas, sin darle importancia a todas esas miradas sobre mí.

Cerré la puerta tras de mí. No había nadie.

Me miré al espejo: tenía los ojos rojos e hinchados y la ropa llena de sangre.

Miré mi reflejo. Miré a esa chica, a esa chica que alguna vez había sido feliz...

Las lágrimas volvieron a caer por mi rostro.

Necesitaba a mi hermano, ahora más que nunca.

Sentí una mano sobre mi hombro. Me sobresalté. Miré por el espejo para ver quien era. Esperaba ver a Sterling, pero no...lo que vi casi me hace desmallar. Era impósible, no podía ser real...

Mi hermano me miraba, con una de esas sonrisas que siempre usaba para tranquilizarme. Apoyaba su mano izquierda osbre mi hombro.

Me di vuelta para abrazarlo, decirle lo mucho que me alegraba de verlo, pero él no estaba allí. Decepcionada, volví a mirar al espejo. Allí estaba él, sonriéndome. Me di vuelta otra vez, pero había desaparecido. Miré al espejo de nuevo: y allí estaba.

Apoyé mi mano sobre su reflejo, aunque no era su reflejo, ya que él no estaba detrás de mí. Sin embargo, podía sentir su mano sobre mi hombro. Podía sentir el calor de su cuerpo cerca del mío, pero podía verlo sólo en el espejo.

Nunca me había pasado algo así...jamás volí a verlo luego de su muerte, lo que era lógico, pero tampoco lo vi en sueños, ni nada...sólo me quedaban sus recuerdos...

No sabía si esto era real o sólo mi imaginación, sólo sabía que deseaba que durara por siempre...

-Nolan...

Me interrumpió, como si no tuviera mucho tiempo:

-No te preocupes, no dejaré que pase...

Su voz me llenó, dándome fuerzas, fuerzas que nunca antes había tenido...

Siguió hablando:

-No tengo mucho tiempo, pero debes saber que no dejaré que nada malo te pase, nunca...siempre estaré contigo, cuidándote...te amo...

Los ojos se me llenaron de lágrimas. ¿Por qué tenía que irse?

-No te vallas...

-No puedo quedarme mucho más, tengo que irme...recuerda, yo nunca me fuí...

Tras decir eso, desapareció. Ya no pude verlo en el espejo ni volví a escuchar su voz...ya no sentí su presencia, su mano sobre mi hombro...se había ido...¿volvería?

Me lavé la cara, algo aturdida y salí del baño. Todas las miradas volvieron a clavarse en mí.

Sterling me tomó de la mano y me hizo sentarme a la derecha de mi madre. Luego él se sentó a mi derecha.

Sin decir una sola palabra, los tres nos quedamos allí sentados, esperando...el tiempo parecía no pasar...

Pero para mí no eramos tres; eramos cuatro. Pude sentir la presencia de Nolan allí, sentado esperando con nosotros. Sabía que él estaba ahí; él me estaba cuidando...

jueves, 4 de marzo de 2010

Capítulo 9: "La llamada."


Narra Demi:

Entré a casa; no pensaba contarles a mis padres nada de lo ocurrido, porque seguro ellos exagerarían las cosas y pensarían que intentaba suicidarme o algo así...

Mis padres no estaban en casa; bueno, mi padre seguía en el trabajo a esta hora y mamá...seguro estaría comprando víveres.

Dejé mi mochila vacía (ya había puesto todos mis libros en el casillero) sobre el sofá.

Subí las escaleras, cuando una voz casi me hace caer:

-¿Dónde estuviste?

Pegué un salto y me agarré fuerte de la baranda.

Era la voz de Nolan...

Desde que murió solo escuché su voz fría diciendome que era mi culpa, pero esta vez era diferente...sonaba preocupado...

Me di vuelta para ver de dónde provenía la voz...nada...

Seguí subiendo la escalera, con el corazón aún latiendo a mil por hora.

Caminé por el pasillo y entré a la puerta de la derecha: mi habitación.

No quise mirar hacia el final del pasillo, a su habitación...

Cerré la puerta tras de mí.

-Hola-dijo una voz preocupada.

Solté un grito.

No, esto no podía estar pasándome, no, no, no...

-Ey, tranquila, soy solo yo.

Los acelerados latidos de mi corazón se fueron calmando al notar que el que me había saludado era Sterling.

Puse una mano sobre mi pecho e intenté que mi respiración volviera a la normalidad.

-¿Estás bien?-preguntó, mientras se acercaba a mí y me acariciaba la mejilla suavemente.

-Si, solo que me diste un buen susto ahí abajo...

-¿Abajo? Yo no estaba abajo. Vine aquí después de la escuela porque me preocupé al no verte salir. No había nadie y la puerta estaba cerrada, así que escalé hasta tu habitación. Nunca estuve en el piso de abajo...

¿Como que no había estado en el piso de abajo? Yo oí con mucha claridad una voz que me decía: "¿Dónde estuviste?".

Me dio un escalofrío.

-¿Qué pasa?-dijo Sterling. Oí su voz preocupada muy lejana.

-Nada, estoy bien...

-¿Y a dónde fuiste luego de la escuela?

Le conté todo lo ocurrido, después de todo él era mi mejor amigo.

Cuando terminé mi relato, él exclamó:

-¡¿Qué?! Demi, ¡¿qué hacías caminando sola por un lugar así?! No puedo ni imaginarme lo que hubiera pasado si Joe no aparecía por allí...-se estremeció-¡¿A caso eres suicida o qué?!

Ya esperaba esa pregunta.

-No, no lo soy. Si hubiera sabido cómo era ese camino no lo hubiera tomado.

Sterling relajó un poco su expresión de preocupación y acunó mi rostro entre sus manos.

-No vuelvas a hacer algo así, por favor-me pidió, aunque más bien pareció una súplica.

Asentí.

Nos quedamos un rato allí en mi habitación, mirando televisión y hablando de cómo nos fue en el primer día.

Me extrañaba que mis padres no llegaran...mi padre tendría que estar aquí desde hace una hora y ni hablar de mi madre...ella no podía tardar tantas horas comprando víveres...

El teléfono sonando interrumpió nuestras risas.

Sterling se levantó y atendió el teléfono.

¿Que no le habían enseñado que no se puede atender el teléfono de una casa agena?

Bajé el volúmen de la televisión para oír qué decía Sterling. Eso me daría alguna pista de quién había llamado.

-¿Hola? ¿Quién habla?-se quedó en silencio, oyendo lo que le respondían. La sonrisa se borró de su rostro y exclamó, con un tono lleno de sorpresa y preocupación-¡¿Qué?!-otro silencio. Esta vez Sterling no contestó y colgó el teléfono.

Me miró con el semblante serio. Noté en su rostro una mueca que parecía de dolor...

-Sterling, ¿qué pasa?-pregunté, preocupada.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Capítulo 8: "Sin salida."


Narra Demi:


Las siguientes cuatro horas transcurrieron lentas, muy lentas. Primero tuvimos dos horas de Matemáticas y luego dos de Botánica. Aunque intenté con todas mis fuerzas sacar a Joe de mi cabeza, fue en vano.


La campana de la salida me sobresaltó. Guardé mis cosas rápidamente y me levanté del pupitre. Salí del aula y fui hacia mi casillero a guardar mis libros. Saqué "Persuasión" y comenzé a caminar hacia la salida.


Al salir de la escuela ni siquiera noté el bullicio de siempre al finalizar las clases.


Casi siempre iba caminando a casa con Emma y/o Sterling, que no vivían muy lejos de mi casa, sólo a unas cuadras. No me iba con Selena porque ella vivía muy lejos; ella se iba en el transporte escolar.


Esta vez, por primera vez, decidí ir sola a casa.


Decidí tomar el camino más largo, el que nunca tomaba. Nadie iba por ahí, sólo yo.


Luego de caminar un rato me di cuenta de por qué nadie tomaba este camino. Era porque pasaba por un barrio pobre y deteriorado con callejones oscuros en los que se veían borrachos tirados junto a bolsas de basura o gente muy desagradable clavandome la mirada.


Era horroroso, nunca había estado allí, con razón mis padres no me lo permiten...


Sentí unas manos sobre mi cintura. Ay, no, no, no, no...¡¿en dónde me había metido?! ¡¿Por qué soy tan estúpida?!


Me quedé paralizada del miedo. Intenté gritar pero solo pude emitir un patético y débil sonido que nadie habría oído. También intenté correr pero las piernas no me respondían.


Estaba perdida...


Una voz me susurró, muy cerca del oído:


-¿Qué hace una muñeca como tú en un barrio como este? Es peligroso...hay gente mala...pero, para tu suerte, yo estoy aquí. Déjame llevarte a casa...


Mi respiración se volvió muy agitada y los latidos de mi corazón muy rápidos.


-No, gracias-logré decir en un tono débil.


-Bueno, entonces será por las malas...


Me tomó muy fuerte del brazo y me arrastró hacia uno de los callejones. En este no había nadie, sólo él y yo.


Me tomaba del brazo derecho tan fuerte que ya no sentía la sangre circular por él.


Me empujó contra una de las sucias paredes de ladrillo y se acercó a mí. Cerré los ojos. Estaba perdida, ya no podía hacer nada...me arrepentí mucho de no haber ido con Sterling, con él hubiera estado segura y no me habría dejado hacer esta estupidez de ir por el camino más largo...


Sentí su mano sobre mi mejilla, luego en mis hombros, hasta que fue bajando hacia mi cintura...


No puedo describir el terror que sentía...ya sabía lo que ese hombre haría y de esta nadie me salvaría...


Cuando creí que ya no había salida, que ya estaba completamente perdida, pasó algo extraño. Dejé de sentir las manos de ese hombre sobre mi cintura. Oí un golpe.


Abrí los ojos, con cautela.


El hombre se hallaba tumbado sobre el sucio piso del callejón. Estaba inconciente.


Sentí que alguien tomaba mi mano. Miré para ver de quién se trataba. No me dio tiempo porque me atrajo fuertemente hacia él y me rodeó con los brazos.


Una satisfacción y sensación de seguridad me invadió, ahuyentando el miedo.


No me di cuenta de que estaba llorando hasta que sentí sus cálidas manos sobre mis mejillas.


-¿Estas bien?-preguntó con voz dulce.


Asentí, incapaz de articular palabra.


Me tomó de la mano y salimos del callejón.


Subimos a un auto negro, muy bonito y grande.


Él se sentó del lado del conductor y yo del coopiloto. Esta escena se me hacía demasiado familiar, y ya sabía de dónde...


Desde que había ocurrido el accidente no me gustaba nada andar en auto (sí, ya sé que es tonto).


Joe encendió el motor. Me puse tensa y rígid en mi asiento.


Joe pareció notarlo, así que tomó mi mano y me sonrió.


Sentí algo extraño...tranquilidad...


Luego de no mucho tiempo llegamos a mi casa. Estacionó el auto en la puerta. Sin embargo, yo no me bajé.


-¿Cómo me encontrate?-pregunté.


Joe pareció repentinamente incómodo.


-Ehh...bu...bueno...-tartamudeó-.Es que...quería hablar contigo y...bueno, yo...te seguí-concluyó, algo avergonzado.


-Ah...


Nos quedamos en silnecio, hasta que Joe me preguntó:


-¿Estas segura de que estás bien?


-Si, gracias Joe...


Me acerqué a él y le di un beso en la mejilla. Él se quedó mudo y algo sorpendido. Salí del auto, tras decirle un "adiós" y caminé hacia la puerta de mi casa. Minetras buscaba la llave en mis bolsillos, pensé:


"Vaya primer día..."

lunes, 1 de marzo de 2010

Capítulo 7: "Muerta por dentro."


Narra Demi:

Sterling me rodeó entre sus brazos. Enterré la cabeza en su pecho y, aún llorando, dije:

-He perdido el control de mi vida...

-No, no es verdad. Quizás te hayas desviado un poco del camino, pero sabes que hay personas, como yo, que te ayudarán a volver a ponerte en el camino de regreso a casa...

Lo abrazé con más fuerza. No sé qué habría sido de mí si él no hubiera estado allí, apoyándome, luego del accidente...

Luego de no sé cuánto tiempo así (no sabía si habían sido horas o minutos), dijo:

-Deberíamos ir a almorzar, necesitas comer más...

Asentí y me separé de él, pero me tomó la mano y dijo:

-No te preocupes por el castigo, ya hablé con la señorita Nichols y dijo que podiamos irnos. Sólo quedaban ella y Chelsea en la sala de castigos, así que no tenía sentido seguir con eso...

Estaba muy agradecida de no tener que volver allí...

Fuimos a la cafetería que estaba llena de gente.

Buscamos a alguien conocido con la mirada, hasta que encontramos a Selena y Emma en una mesa.

-Hola Dems, no te vi en toda la mañana. ¿Cómo estas?-dijo Selena.

-Bien-dije. No tenía muchas ganas de hablar. No estaba de humor.

-Iré por tu almuerzo-dijo Sterling y desapareció entre la multitud.

Nadie dijo nada durante la ausencia de Sterling.

Luego de unos minutos, volvió con una bandeja con una hamburguesa y una botella se agua.

La puso en frente mío. La miré sin mucho interés. No tenía hambre.

Sterling se sentó a mi lado y volvió a tomarme la mano por debajo de la mesa.

-Come-me susurró.

Obedecí, de mala gana.

Tomé la hamburguesa y empezé a darle mordiscos sin siquiera sentir el sabor de lo que comía. Podrían haberme dado gusanos en un plato y yo los hubiera comido sin siquiera darme cuenta de lo que eran.

Mi mente estaba en otro lado...en Joe..

Me sentía extraña al pensar en él, en cada palabra que me dijo...era una sensación extraña que nunca antes había sentido...

Y también sentía otra cosa cuando recordaba a Chelsea tomando su mano, riendose con él...era un fuerte sentimiento que me hacía arder por dentro, como si fuera un volcán a punto de hacer erupción.

Supongo que esas sensaciones eran tan extrañas para mí porque desde que mi hermano...murió dejé de sentir...sí, así es: desde que él se fue no sentí ni el calor y la satisfacción de alguien abrazandome, no sentí la felicidad, la emoción, nada...era como si estuviera vacía por dentro. Tomemos como ejemplo esa hermosa obra de teatro de Alejandro Casona, "Los árboles mueren de pie" (una de mis favoritas, por cierto) para que entiendan mejor: Desde que Nolan falleció fui como un árbol cuando muere: por fuera viva, de pie, pero muerta por dentro.

Había perdido toda emoción que antes hubiera tenido...hasta hoy. Hoy muchas emociones que no había sentido hace mucho me invadieron todas juntas: esa que sentía al ver o pensar en Joe, o la que sentía hacia Chelsea...

Hoy había sentido la sensación de alivio cuando alguien me abrazó, la misma que sentía cuando Nolan lo hacía. Fue cuando Joe me abrazó...

Al volver a la realidad me di cuenta de que ya había terminado de comer la hamburguesa y de que tenía mucha sed. Tomé casi la mitad del agua que había en la botella. Sentí algo cálido en mi mano...la mano de Sterling sobre la mía.

-Ya van a empezar las clases de la tarde, vamos-dijo Sterling.

Me tomó más fuerte de la mano y salimos corriendo de la cafetería para no llegar tarde.

____________________________

¡Ya se que es corto! Es que no se me ocurría nada, pero prometo que el próximo será más largo, quizás lo narre Joe, quizás no...no sé jaja

Muchísimas gracias a todos los lectores que se pasan por este blog, significa muchísimo para mí. Los dejo con mil disculpas por el capítulo corto, saludos,

Hayley.